Revista Contaduría Pública marzo 2022

Información para la gestión de los recursos ante la pandemia Síntesis Ante la pandemia, muchos negocios no tuvieron recursos para pagar sueldos y salarios, por ello tuvieron que cerrar y despedir a sus empleados, lo cual hasta el día de hoy está causando problemas económicos tanto en las empresas como en los consumidores, ya que estos últimos no pueden comprar lo mínimo necesario de la canasta básica. Esta variable se ha vuelto un círculo vicioso, debido a que los desempleados no pueden comprar los productos que las empresas fabrican o venden. Y es lo mismo que está ocurriendo con los despachos de Contadores Públicos. Si hablamos de las aseguradoras, cuando un(a) jefe(a) de familia paga un seguro de vida para proteger a sus descendientes y el seguro promete pagar $1’500,000.00 al fallecer el asegurado, pero cuando este cumple 70 años, solo reciben como premio o “regalo” $150, 000.00. ¿Esto es justo? Claro que no. Por otro lado, los cajeros automáticos son para despedir a los empleados bancarios y así reducir costos, según los bancos, sin importarles que causan un efecto disruptivo del empleo. Me gustaría hacer mención de que no estoy en contra de la tecnología; mi opinión es que hay que dar tiempo para capacitar a esos desempleados para un futuro empleo, sin olvidar que la tecnología está al servicio del hombre y no al revés. Otra variable tóxica es el abandono al campo, lo que implica desamparar el hogar de los campesinos, en busca del sueño americano, que causa tantos divorcios, adulterio y la prostitución. Quienes logran llegar los E.E. U.U. envían remesas, que son una vergüenza para cualquier país, en función de que no son capaces de generar empleos para sus ciudadanos. Las tierras abandonadas son adjudicadas a terratenientes que, en complicidad con muchos altos funcionarios de los gobiernos, los compran baratos y construyen obras sin sentido para obtener ganancias altas, y a esto también se le debe llamar corrupción. Los economistas, muchos contadores y administradores, al estudiar y llevar a la práctica lo aprendido, se basan en libros que están fuera del contexto del país y los recursos son mal administrados al tomar como base esos textos, por lo que sus decisiones, en la mayoría de los casos, se toman por consejos de amigos de café. Las empresas y los ciudadanos, para poder subsistir, requieren de saber gestionar sus recursos con eficiencia y eficacia, pues muchos se confunden, en el sentido de que, para ellos no hay diferencia. Es decir, si a mí me duele la cabeza y me tomo una aspirina, se supone que me debe quitar dolor; a eso se le llama eficiencia, en el sentido de que las muestras que se toman de la producción (llamada población, en función de que no se puede probar toda la producción) nos dicen que están bien hechas y, por lo tanto, se les tiene confianza, pero si no se me quita el dolor de cabeza, entonces no fue eficaz para mí porque no cumplió su objetivo conmigo. En el caso de la pandemia, las empresas han perdido clientes al disminuir las ventas, debido a las restricciones que las autoridades han impuesto; algunas han tenido que despedir personal, con el consiguiente problema económico que, si lo sumamos a varias organizaciones, se ha hecho una bola de nieve que golpea a la economía de todos los países. Es importante reflexionar que no todo es culpa del virusqueseha infiltrado, pero la verdades que se está infectando a la economía mundial y de nuestro país, pues desde antes muchos empresarios tóxicos no pagaban el salario mínimo que, entre comillas, no alcanza para comer saludablemente en función de que se paga en UMAS. Esto también afecta a los jubilados, ya que la cantidad de dinero que reciben todavía es menor; y se supone que la palabra jubilar proviene de “júbilo”, es decir, gozar su aportación con su trabajo a la productividad. Dentro de lo positivo, como resultado de la pandemia, se dio el fenómeno de que, los ejecutivos y sus diversos niveles dentro de su organigrama comenzaron a innovar y a pensar que, solo con base en estrategias en diversos escenarios se puede lograr recuperar a sus consumidores o a los que necesitan de sus servicios, y eso suma valor. La verdad nada ha sido fácil, pues se han mezclado con la política tóxica; lo anterior lo menciono porque la política no es mala en el contexto de que nos debe interesar lo que pasa en nuestro país y en el mundo, ya que a eso se le llama responsabilidad social; en otras palabras, todos necesitamos ser responsables y procurar el bien común; sin embargo, todo se está convirtiendo en críticas a favor de los intereses de las diferentes ideologías: unas se van por el neoliberalismo, otras por el comunismo, el socialismo, etcétera; se critican las vacunas, muchos no se las quieren poner; muchos jóvenes hacen fiestas en donde abunda el licor y no tienen miedo de contagiarse y, por ende, a sus familiares. Por lo anterior, me pregunto lo siguiente: > ¿Hay algún responsable de la pandemia? > ¿La OMS actuó correctamente? > ¿Se pudo haber detenido a tiempo? > ¿Se ha aprendido la lección? En mi opinión, no, nos falta mucha visión y eso solo se logra con información fidedigna y oportuna. Otra variable tóxica es el abandono al campo, lo que implica desamparar el hogar de los campesinos en busca del sueño americano Dr. Carlos Enrique Pacheco Coello Docente, Consultor e Investigador pcoello@correo.uady.mx Desde el punto de vista del sistema financiero, en el caso de los bancos, sus tasas son muy altas y por desgracia los que no pueden adquirir los productos o servicios se ven obligados a usar tarjetas de crédito que se supone con pagar el mínimo se podría liquidar en un año; sin embargo, los bancos cobran intereses sobre intereses que luego se van a sus oficinas matrices y en la mayoría se van a paraísos fiscales; un ejemplo es el famoso Pandora Papers, que en recientes publicaciones de medios muy éticos lo han dado a conocer. DOSSIER 40 CONTADURÍA PÚBLICA 41

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