Revista Contaduría Pública marzo 2022

A tres años de ser el titular de la Auditoría Superior de la Federación, ¿cómo ha sido el camino que ha recorrido desde su nombramiento hasta la fecha? Tuve el honor de haber sido electo por la Sexagésima Tercera Legislatura de la Cámara de Diputados como Auditor Superior de la Federación, por una mayoría de 377 votos, contra 5 y 0 de los otros candidatos. Desde mi nombramiento, el 15 de marzo de 2018 y a la fecha, mi experiencia al frente de una institución tan relevante para la adecuada conducción de los recursos públicos ha sido ampliamente satisfactoria y gratificante. En el marco de mis atribuciones legales, disfruto cada día el poder encabezar una institución técnica, con una clara vocación social; ya que no olvidemos que el mandato de la Auditoría Superior de la Federación es vigilar que los recursos públicos se ejerzan correctamente en los términos de la ley e impacten positivamente en la vida de los ciudadanos, del pueblo; de ahí la importancia de ser parte de la Cámara de Diputados. Asimismo, mi posición como Auditor Superior me ha permitido ser partícipe de la evolución de la auditoría gubernamental en los últimos años. Sin duda, la fiscalización en el mundo está en una etapa de desarrollo acelerado. Por ello, desde que inicié mi gestión me propuse innovar en esta materia, acompañado de un grupo de colaboradores, caracterizados por su profesionalismo. De hecho, les comparto que la ASF paulatinamente se ha colocado a la vanguardia en este campo en el contexto internacional, además de que hemos apoyado a otras entidades fiscalizadoras compartiendo experiencias y lecciones aprendidas en los distintos grupos de trabajo de los que la ASF forma parte en el marco de la INTOSAI y de nuestras organizaciones regionales, la OLACEFS y la OCCEFS. En el mismo sentido, me satisface el hecho de que en la ASF hemos conformado un ambiente de trabajo basado en la competencia técnica, la ética y el profesionalismo. Como saben, la labor auditora debe caracterizarse por un alto grado de profesionalismo, pero también por un compromiso irrestricto con la integridad. Tengo la convicción de que solamente por medio de una labor constante, disciplinada y basada en la ética es posible generar la credibilidad necesaria en nuestra gestión, lo cual resulta indispensable para que la fiscalización sea una verdadera herramienta de mejora continuade laadministraciónpública. Como todas las instituciones, sabemos que nadie es permanente y por eso seguimos fortaleciendo el liderazgo interno, dando un importante espacio a las compañeras que nos acompañan en este desafío. En esta labor, ¿cuáles han sido los principales retos a los que se han enfrentado en la Auditoría Superior de la Federación en estos años de gestión? Uno de los principales retos que he asumido junto con todo mi equipo se refiere a evitar la tentación de la inercia. Esto es, no caer en la simplicidad de siempre auditar a los mismos y de la misma manera. Por ello, desde el inicio nos planteamos analizar qué instancias nunca habían sido auditadas, o qué temas nunca habían sido revisados. En consecuencia, cada Programa Anual de Auditorías (PAAF) incluye entes nuevos y áreas nuevas de fiscalización. Esto no ha sido fácil, sobre todo si consideramos que la fiscalización de un país federal como México entraña retos complejos, ya que su revisión abarca la totalidad de los órdenes de gobierno, los más de 700 programas federales con una diversidad de temas como desarrollo social, agropecuario o económico, la infraestructura y las empresas de estado, los 32 estados y los más de 2,400 municipios; en sí, cualquier entidad que haya recibido un peso federal (poco más de 7 billones de pesos en 2022), lo que hace necesario un equipo multidisciplinario y gran apoyo de tecnología . Sin embargo, creo que la apuesta fue exitosa, ya que, sin incrementar el número de auditorías que se practican cada año, hemos podido ampliar la presencia y efectos de la fiscalización en el país, al crear modelos que nos permitan tener mejores tiros de precisión. En mi opinión, el órgano auditor superior debe tener la capacidad de identificar los renglones y rubros del gasto que resultan de importancia estratégica y que permitan ofrecer, tanto a los entes auditados como a los legisladores y a la ciudadanía en general, un panorama claro y confiable del estado que guarda la gestión pública en los tres órdenes de gobierno. Esto ha requerido ajustar nuestras estructuras administrativas y el reglamento interior de la ASF para obtener mejores resultados. Finalmente, un reto continuo es mejorar la gestión a nivel estatal y municipal respecto a los recursos federales que se les transfieren, incluso las participaciones derivadas de la recaudación federal participable, como parte del Sistema Nacional de Coordinación Fiscal, que desde 1980 ha evolucionado para incentivar no solo la recaudación propia de estados y municipios, sino también hacerlos participar por medio de la colaboración administrativa enmateria fiscal federal, en tareas como auditoría fiscal, comercio exterior, ZOFEMAT, etcétera. En esto, he tenido afortunadamente un trabajo importante para mí, y diría relevante, ya que me tocó coordinar la parte federal, cuando hicimos la Primera Convención Nacional Hacendaria en 2004. La dependencia de los recursos federales, deriva del poco interés fiscal de los órdenes estatal y municipal. No olvidemos que somos un país federal, con tres órdenes de gobierno y tres poderes institucionales. La mayoría de los estados dependen en un poco más de 90 por ciento de las transferencias de recursos federales ‒con honrosas excepciones‒ que son auditados exclusivamente por la Auditoría Superior de la Federación, reforzado esto desde las reformas constitucionales de 2015, que ampliaron nuestras facultades. Por eso, desde la ASF procuramos apoyar la capacitación de estados y municipios, es una actividad permanente, considerando por supuesto las diferencias que existen entre una entidad y otra, por el número de municipios que se concentran en el sureste, así como sus grados de desarrollo. Como saben, subsisten rezagos y limitaciones que restan efectividad a su actuación. En suma, desde mi perspectiva, la fiscalización debe continuar apoyando a las autoridades subnacionales para que lleven a cabo mejoras sustantivas, que se traduzcan en mejores condiciones de vida para la población. Para los órganos técnicos encargados de la fiscalización superior y, en general, para todo órgano auditor, es importante la actualización e innovación en cuanto a las técnicas y procedimientos empleados para cumplir con su obligación. En ese sentido, ¿cómo han innovado la labor que lleva a cabo la Auditoría Superior de la Federación? ¿Hubo incorporación de avances de las tecnologías de la información y comunicaciones en estas tareas? Como lo señalé previamente, la auditoría gubernamental no es una materia estática; debe evolucionar al mismo ritmo que lo hacen no solo las entidades gubernamentales, sino también la sociedad y la naturaleza, el incremento de la población mundial y, en suma, el desarrollo tecnológico. Nuestra experiencia, compartida con los otros órdenes de gobierno, es ilustrativa de lo anterior. Por ejemplo, primero los desastres naturales como huracanes, terremotos, sequías, etcétera y los desastres humanos como la pandemia que nos ha asolado terriblemente, nos han permitido aprovechar la relevancia de la tecnología para simplificar procesos, incrementar las muestras auditadas, reducir los tiempos de la fiscalización, así como la optimización de recursos humanos y presupuestales. De hecho, previo a la pandemia, la administración a mi cargo hizo suya la visión de avanzar en la automatización de procesos y en la utilización de recursos informáticos, lo que nos permitió hacer frente exitosamente a las limitaciones que trajo consigo la emergencia sanitaria. Nuestro proyecto clave en este momento es el Buzón Digital ASF, el cual funciona desde el año pasado con sustento en la Ley de Fiscalización. Esta herramienta es el pilar de nuestra estrategia de digitalización, la cual cubre varias aristas como la automatización de procesos y el análisis de datos. Como ustedes saben, en la actualidad nos enfrentamos al crecimiento acelerado del volumen de información que generan los entes auditores y que, por lo tanto, forma parte del universo auditable por la ASF. Esta circunstancia exige explorar continuamente las posibilidades que brindan las tecnologías de la información y la comunicación, así como las herramientas de análisis de datos masivos. Actualmente, la ASF cuenta con diversos avances en materia de Big Data, y también estamos llevando a cabo pruebas con software basado en algoritmos predictivos, lo cual nos permitirá focalizar nuestras revisiones en temas de alto riesgo o determinar tendencias, entre otras tareas. En esta misma tendencia también hemos llevado a cabo la instrumentación del denominado Sistema de Control, Administración y Fiscalización de los Recursos del Gasto Federalizado, que es una plataforma totalmente en línea para apoyar la administración, gestión, seguimiento y control de obras públicas y adquisiciones financiadas con dicho tipo de recursos. Sabemos que hemos presenciado una situación atípica en nuestras labores cotidianas, por causa de la propagación del COVID-19. Para la labor de fiscalización que desarrollan, ¿cómo impactó esta circunstancia y cómo se superaron los múltiples obstáculos que fueron inevitables (aislamiento social, trabajo remoto, etcétera)? La pandemia nos planteó una serie de desafíos complejos en términos de cuidado de los recursos humanos y del ejercicio de competencias legales que no pueden retrasarse. La auditoría es, por naturaleza, un ejercicio de intercambio e interacción entre los auditores y el personal de los entes auditados; enfrentarse al hecho de que dicha situación podría poner en riesgo la integridad física y la salud de todos los participantes demandó definir acciones inmediatas que nos permitieran dar continuidad a la fiscalización ‒que constituye un servicio estratégico para el país‒. DOSSIER 10 CONTADURÍA PÚBLICA 11

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