CP Octubre22

En el primer caso, estamos ante casos en que se tiene un equipo en la dirección de la empresa, con una preparación empresarial que requieren de información para conocer o confirmar cómo marcha la empresa que dirigen y tomar medidas o decisiones de su manejo futuro para lograr un mayor crecimiento, estabilizar la empresa o implementar nuevos proyectos. En el segundo caso, quizá les resulte familiar la situación que estamos viviendo de la guerra de Rusia con Ucrania, la pandemia por COVID que no termina, la viruela del mono y por si fuera poco la situación financiera en el mundo con mayor inflación, y todo ello se convierte en amenazas externas que provocan momentos de la empresa críticos para mantenerse o pensar en un cierre de líneas de producción o comercialización, cambio de las mismas o inclusive, cierre total de la empresa. Por cualquiera de los motivos anteriores, requerimos conocer qué productividad estamos teniendo, qué futuro se vislumbra para la empresa y cuáles serán los flujos esperados que les permitan subsistir o inclusive pensar en un cierre planeado de la entidad. Para todo lo anterior, independientemente de conocer los pronósticos de resultados y flujo futuros, necesitará la empresa valuar los activos de la manera más justa y real, desde el punto de vista de la situación externa y de la interna, que se considere para pensar si es alternativa el cierre de la empresa, venta de la misma o reducción de su operación. En el caso que nos ocupa, la pregunta es cómo debemos valuar los activos, y nos queda solo la alternativa de evaluarlos con valores actuales pero basados, desde luego, en un precio de rescate lógico y aceptable, es decir, de realización, liquidación o valor presente, dependiendo de cada situación para luego considerar un valor razonable, con base en el seleccionado. El valor razonable no es un procedimiento de valuación, sino un valor probable de intercambio en un mercado, o de venta de un activo, o transferencia de un pasivo a entidades participantes en el mismo, es decir, es el precio que se recibiría por la venta de un activo o transferencia de un pasivo. Determinar un valor razonable es el precio que podríamos recibir por intercambios de activos o transferencia de pasivos y nos indica o nos guía para iniciar o terminar una negociación de venta o liquidación, conscientes de que tales importes serán parte de los flujos requeridos por la empresa y con ellos continuar con la(s) estrategia(s) que estemos tomando en esos momentos. Esquema 3 Conclusión ¿Qué es el valor razonable? Es el resultado final de una negociación que, para llevarla a cabo, se requiere conocer el valor actual y no su valor histórico para que, a partir de allí, se determine en función del mercado, del costo y del ingreso que se percibe el valor justo a recibir (ver esquema 3). CONIF 66

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