L.C.P. Alma Elisa Ramírez Cano
Asesoría de Negocios/Desarrollo Humano
Meraz, Romero, Trejo y Asoc., S.C.
mrt@mrtyasoc.com
Nuestro cuerpo es como una fábrica, está programado para funcionar las veinticuatro horas, los trescientos sesenta y cinco días del año, sin días festivos. No para. La respiración, la circulación de la sangre, los latidos del corazón, la regeneración y el cuidado de las células son procesos indispensables para mantenernos vivos, están a cargo de la inteligencia del cuerpo y se llevan a cabo de forma automática. ¿Pero? El exceso de trabajo, la presión, la ira, el tráfico, la mala alimentación, el poco descanso…
¡Alto! Hace falta un respiro
En los momentos de mayor presión ¿has notado que contienes el aliento?, ¿aprietas la mandíbula?, ¿se acelera el corazón? He aquí la primera clave: quien domina la respiración, domina el mundo. Inhalar y exhalar son el control de la vida. Naces: inhalas; mueres: exhalas. En medio: existimos, vivimos.
En la India, los antiguos maestros establecieron ocho formas de yoga: karma, hatha, raja, vedanta, bhakti, mantra, jnana y lana (Bikram Yoga, Choudory, 35, España, 2010). Descubrieron que esta disciplina, en su conjunto, es un instrumento que facilita la existencia del ser humano. Quien lo practica, mantiene el equilibrio entre el cuerpo y la mente, el ego se hace a un lado y, en consecuencia, las enfermedades y tensiones disminuyen.
Conozcamos un poco más.
Karma yoga: trabajo y responsabilidad.
Tú estás aquí para hacer tu trabajo: trabajar para cumplir tu destino. Tienes que hacerlo honradamente, buscando el camino correcto, y a tiempo, antes de que mueras… Ayudar y servir a los demás a lo largo de ese camino es una importante manera de trascender.
Hatha yoga: posturas (asanas) y respiración (pranayama).
Práctica física que desarrolla científicamente el equilibrio y la salud del cuerpo.
Raja yoga: procesos mentales y pensamiento racional, el intelecto.
Trabaja el uso de la mente para conseguir la correcta orientación, mediante el control de las emociones y poniendo menos énfasis en las percepciones sensoriales y exteriores. (Choudory, 35).
Estas tres formas de yoga, nos dan idea de los beneficios físicos, emocionales y mentales que pueden obtenerse al practicar una disciplina. El yoga, es un ejemplo.
En la actualidad estamos llenos de trabajo, compromisos externos que generan tensión, ansiedad, depresión. Sin darnos cuenta nos volvemos marionetas de nuestra propia existencia. En ocasiones, parece que vivimos solo para trabajar, atrofiamos el funcionamiento de ese cuerpo que no cesa en sus funciones. Respirar, es una acción que solo se puede realizar en presente. Vivir, también. ¡Aquí y ahora: respira!