Los procesos contables captan los efectos de las transacciones y otros eventos que influyen económicamente a una entidad. En ese proceso medular del quehacer contable nos apoya el postulado básico de la sustancia económica, el cual exige en ese proceso captar la esencia económica de las transacciones y otros eventos que afectan a la entidad. En muchos casos, la sustancia económica y la forma jurídica de una transacción u otro evento son coincidentes, pero en otros no lo son; cuando esto ocurra, debe prevalecer en el reconocimiento contable la sustancia económica sobre la forma jurídica.
El desarrollo mismo de las Normas de Información Financiera (NIF) particulares debe sustentarse en el Marco Conceptual y basarse en la identificación de la sustancia económica de las transacciones y otros eventos, que afectan económicamente a la entidad. Es decir, la esencia económica es piedra fundamental en el desarrollo de las NIF y en todo el proceso contable.
Asimismo, el postulado de sustancia económica es una directriz clave en la aplicación del juicio profesional en cada transacción o evento. Por ello, cuando se permite más de un tratamiento contable, debe seleccionarse aquel que mejor refleje la sustancia económica de las transacciones y otros eventos que afectan económicamente a la entidad.
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