Bien por el C.P.C. Luis R. Michel Domínguez, presidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos, A.C. (IMCP) ante su determinación de fortalecer la comunicación entre nuestra institución y la sociedad, según lo informó en su primer boletín de prensa de este año.
Es importante seguir trabajando duro dentro de nuestro Instituto en muchas necesidades de actualización profesional permanente, como el respeto esencial del mandato ético de servir al público; pero, también es importante comunicarnos como institución, como profesión organizada, hacia el exterior de nuestro ámbito endogámico, a fin de conocer mejor qué espera la sociedad de nosotros. Es decir, hay que mirarnos como IMCP por dentro, pero también es preciso cuestionarnos como profesión ante la sociedad, hoy y en todo momento.
En este marco, no podemos dejar pasar el primer centenario de la Revolución Mexicana, debido a que, además, que nuestros maestros precursores fueron partícipes de este importante movimiento histórico de emancipación de nuestra patria, hoy queremos fortalecer nuestra presencia en la sociedad, es decir, en este ambiente de celebración.
¿Celebración? Muchos pensamos que la justicia, el equilibrio y la paz social por los que muchos compatriotas dieron la vida en las contiendas militares, intelectuales y artísticas, siguen sin cumplirse porque fueron traicionados por las élites políticas, las oligarquías y los poderosos de toda ralea. Entonces, ¿qué celebramos? Mejor reflexionemos y dispongámonos a responder como Contadores al servicio de la sociedad, acerca de lo que ésta sigue esperando de nosotros, tal como el presidente del IMCP, quiere cumplirlo en su mandato.
Por tal motivo, esta es la recomendación de muchos profesionistas, académicos e intelectuales que conocemos, la cual deberíamos hacer nuestra: conmemorar y reflexionar, más que celebrar, acerca de lo que el futuro de nuestra patria nos pide a cada quien desde su medio de acción e influencia.
Me parece que pocas disciplinas profesionales y del intelecto se significan, como la nuestra, por su capacidad de analizar los hechos pasados en un contexto de actualidad para proponer, con calificada autoridad, caminos y acciones mejores hacia el cumplimiento de fines y objetivos.
Tal vez Luis Michel pueda considerar conveniente, antes de entregar la estafeta en octubre, cerca del emblemático 20 de noviembre de 2010, que el recuerdo analítico de los Mancera, los Casas Alatriste, los Vilchis, los Freyssinier, los Ochoa Ravizé, los Castillo Miranda, los Cárdenas Coronado, los Díaz Alonso —todos ellos líderes revolucionarios por su compromiso con la educación superior y la transformación de nuestra profesión al servicio de México, inspirados, sin duda, por nuestro fundador, don Luis Montes de Oca, Secretario de Hacienda y después Director del Banco de México en 1923, Presidente Honorario del Instituto de Contadores Públicos en la plena consolidación de las instituciones de la Revolución de 1910— pueda llevarnos a organizar, bajo su liderazgo, una velada de conmemoración, de reflexión, de compromiso y de rendición de cuentas como profesión al servicio del futuro de México.
C.P. Jorge Barajas Palomo
Coordinador del Seminario Nacional de Ética
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