Dr. Carlos Enrique Pac heco Coello
Miembro de la Comisión de Revista del IMCP
Investigador y consultor
pcoello@correo.uady.mx
Hoy en día, existe interés sobre la moneda virtual intangible, incluso muchas personas están temerosas ante el anuncio de su manejo en lugar del efectivo; dicha moneda está soportada y reconocida por el Banco Central, sin embargo, ahora se acepta mediante el uso del Cobro Digital (CoDi), que hace uso del Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI); los usuarios necesitan una cuenta bancaria, un teléfono celular e Internet.
Si hacemos una reflexión sobre la cultura de la confianza del desarrollo tecnológico, este difiere de un país a otro, de su renta per cápita; habría que examinar por estratos en términos de la distribución de la riqueza, es decir, cuántos ciudadanos son ricos o pobres; si saben leer y escribir; si pueden comprar aplicaciones digitales, celulares con plan y abrir una cuenta bancaria. En este sentido, Kenia es uno de los países líderes en pagos móviles.
Por su parte, las empresas multinacionales proponen este modelo de pago, sin que en ningún caso hayan logrado una aceptación global; empero, cada día surgen nuevas empresas (Startups), cuyo foco es realizar tareas desde una aplicación.
El desarrollo tecnológico se está dando en países de alto nivel tecnológico ( Japón, Corea del Sur, Taiwán, etc.) e incluso emergentes (India y China). El Banco de México ha desarrollado una plataforma que permite el cobro y transferencias de hasta ocho mil pesos por medio de teléfonos móviles para reducir el uso del efectivo, evitar el lavado de dinero y lograr que la economía informal sea formal, ¿se podrá lograr? En una entrevista, un experto comentó que es un plan de la oligarquía financiera para que el papel moneda desaparezca y deje de ser anónimo, para controlarlo. Imagine, estimado(a) lector(a), si le da dinero a su hijo o las limosnas al culto en las iglesias de inmediato su banco lo sabrá y lo reportará de inmediato a la autoridad fiscal para cobrar un impuesto.
Suiza y Noruega manejan el dinero digital (bitcoin), sin embargo, en el caso del primero es un paraíso fiscal. La pregunta es, ¿qué pasaría si Internet falla por alguna ruptura o si deja de funcionar como frecuentemente pasa al caerse el sistema? Simplemente no podrá sacar su dinero. Si existe un crack bancario y acude al banco a sacarlo para comprar o pagar no lo podrá hacer porque no hay, pero no se preocupe, el gobierno rescatará con nuestro dinero a los bancos por medio de otro FOBAPROA. Se está iniciando un enlace banco-dinero-empresas de teléfonos celulares y gobierno. En Noruega, por ejemplo, 40% sabe dónde está el dinero virtual y 60% no lo sabe. El cambio del dinero real a virtual (kyiptós) no puede ser decretado por el gobierno, todo es un plan de los grandes banqueros a escala internacional.
Por lo pronto, prefiero el dinero real. No sé usted, estimado(a) lector(a).
En la comunidad financiera y la académica existe una discusión sobre el bitcoin, el cual surgió en 2009. Esta moneda fue creada por Satoshi Nakamoto (se desconoce si solo es un nombre o varias personas) según palabras de la L.C. Melissa Nataly López Estrada, del Colegio de Contadores Públicos de México. Asimismo, el mercado de blockchain (cadena de bloques) va en ascenso en América Latina, sobre todo en México en donde los jóvenes prefieren la tecnología digital y cambian sus monedas digitales por pesos mexicanos desde sus computadoras y celulares, como si fueran de persona a persona (peer to peer).
El bitcoin es una moneda intangible que se puede utilizar como medio de pago, igual que las de uso común. Si reflexionamos, los billetes y las monedas actuales también son virtuales, porque sustituyen el trueque de uso en épocas pasadas. El problema es que se basa en la oferta y la demanda, por lo que es volátil y constituye un alto riesgo, máxime en un entorno global de recesiones y desconfianza por malas políticas financieras,
tanto del gobierno como de la mala gestión de muchos empresarios e instituciones financieras a escala mundial.
Una ventaja del bitcoin es que está fuera del control de cualquier gobierno del mundo, sin embargo, no se puede congelar, lo cual es una desventaja.
Asimismo, esta moneda virtual puede subir o bajar
su valor, no hay respaldos. La Ley para Regular las
Instituciones de Tecnología Financiera (Ley Fintech)
busca normar, así como proteger a quienes usan esta
moneda.
El Banco de México ha tratado de evitar que las personas comunes compren y vendan bitcoin, sin embargo, en su Reporte de Estabilidad Financiera. Junio 2019, señala que las personas interesadas en operar con activos virtuales lo pueden hacer por medio de empresas no financieras que ofrezcan servicios de intercambio o compra-venta de manera profesional. Lo anterior, bajo el riesgo de quien decida realizar estas operaciones y con la claridad de que no están respaldados por una institución financiera.1
No obstante, con el propósito de que los usuarios del SPEI y el propio sistema no se vean afectados por el riesgo inherente a los activos virtuales, se han tomado medidas adicionales para identificar a los clientes, de forma que todos los participantes en el sistema que realizan transacciones estén conscientes de quiénes son los beneficiarios últimos de las operaciones.2
Conclusión
Especialistas en temas de tecnología y financieros estiman que el bitcoin y las criptomonedas pueden tardar de 15 a 20 años para que sean reconocidas.
Por su parte, el Banco de México considera que “no es factible ni conveniente una adopción generalizada de activos virtuales en el país. Difícilmente pueden ser un sustituto del dinero, ya que no comparten sus
características fundamentales, por lo que las posibles implicaciones del uso de dichos activos para la estabilidad financiera en las condiciones actuales parecen limitadas”.3
Fuentes
1 Banco de México (2019). Reporte de estabilidad financiera. Junio 2019.
México: Banco de México, pp. 85-86. Disponible en: . Consultado el 3 de octubre de 2019.
2 Ibidem, p. 86.
3 Idem.