Revista Contaduría Pública Mayo 2022

• Siempre tengamos presente que la virtud es el origen y la riqueza es el producto. No juzguemos una persona por su riqueza o falta de esta. — La mayoría de las personas de la colonia japonesa tienen un origen humilde por la situación tan radical que los obligó a mudarse de país. Es muy reconocido aquellas familias que han trabajado arduamente por obtener lo que tienen hasta el momento… a un grado en que… inclusive se llega a pasar por alto cualquier error o comportamiento. Ejemplo: personas que tal vez no se metieron en los negocios más “limpios”, puede ser que sean criticados, pero también son personas que se les reconoce que “no la han tenido fácil” en toda su vida, y se han ganado todo lo que tienen hasta el momento. No son bien vistas las personas con recursos económicos que les fueron heredados y que no trabajaron por esas riquezas; aun siendo que esas familias laboren, si es que no se muestra un “sacrificio”, se ve mal (no debería ser así, pero pasa). • La benevolencia debe extenderse a todos los seres vivos. La benevolencia es la fuente de la disciplina y la madre de la virtud. Las palabras son la puerta de la fortuna y el infortunio. Una boca vil causa daños a Usted mismo y a los demás. Cuídese de sus palabras. — Mis abuelos maternos siempre ayudaban a quienes conocían, ofreciendo su mano primero a quien tuviera cualquier necesidad. Sin embargo, sus hijos, consideraron que, debido a ello, muchas veces “ofrecían la mano, y te tomaban el pie”, por lo que ellos no tienen un recuerdo muy bueno de ello, viendo muchos de los resultados obtenidos. Sin embargo, entre familiares, se fomenta mucho ayudar unos a otros, al grado que podría decirse se generó una “dependencia” de ello. • La lealtad y el patriotismo son una obligación. Respetamos y servimos a nuestro país y observamos el carácter fundamental de nuestro país. ¿Tu empresa tiene su propio credo? La genialidad del credo de esta compañía recae en su simplicidad: es inspirador, es conciso, es claro. No hay palabras rimbombantes, no hay expresiones ambiguas, no es pretencioso y, al mismo tiempo, es retador, inspirador, ambicioso. Es fácil, a partir de un documento de esta naturaleza, construir una misión, una visión y unos valores que cada miembro de la empresa (sea familiar o no) pueda seguir y respetar. Durante mis años como consultor he visto varias empresas que redactan misiones, visiones y valores muy retadores y elegantes, las enmarcan y las cuelgan en las paredes de la empresa, pero no hacen mucho más con ellos. Recomiendo hacer un ejercicio: tomar como guía este credo y adaptarlo a nuestra empresa. ¿Podríamos incluso llegar a redactar más o menos los mismos puntos que esta empresa japonesa? ¿Tenemos nuestros objetivos tan claros como la familia Mogi? ¿Son nuestros principios los mismos que siguen el resto de nuestros familiares y colaboradores? Si queremos construir un legado que perdure por décadas, bien vale averiguarlo. MISCELÁNEO 40

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