Revista Contaduría Pública Mayo 2022

que resta valor a nuestro ejercicio profesional, el entorno de los negocios, la ambición de algunos, la corrupción otros, etc., nos ha envuelto en un círculo que se debe romper si queremos progresar, estando dentro o fuera de este círculo es responsabilidad de todos hacer algo por enaltecer la profesión y revalorar nuestro papel como verdaderos asesores de negocios y agentes de cambio en sentido positivo dentro de las organizaciones, lo cual deberá traducirse en un impacto favorable en la sociedad para que esta tarea cobre sentido. No obstante que en algunas ocasiones no somos los tomadores de decisiones dentro de las organizaciones donde laboramos o prestamos servicios, la mayoría de esas veces (si no es que en casi todas) somos quienes estamos en primer lugar para facilitar esa toma de decisiones; nuestra profesión nos otorga esa función desde la preparación de información financiera hasta el análisis y la proyección del negocio. Aquí es cuando debemos preguntarnos ¿qué tipo de Contador quiero ser? Lo sé, es una pregunta que pensarás que no se te aplica si tienes años en la práctica, pero me permito decir que, si realmente queremos cambiar necesitamos reconocernos; de ahí que, te invite a reflexionar respecto a ¿qué tipo de Contador soy? Para ayudar a responder estos cuestionamientos haré planteamientos en dos importantes etapas. Etapa de formación Durante años, la materia de ética no fue considerada dentro del programa de estudios de la Contaduría Pública, licenciatura en contaduría o cualquier otro nombre que se otorga a la profesión, muchas veces hasta que egresabas y optabas por afiliarte a una asociación profesional descubrías que existía un Código de Ética Profesional donde se encuentra el estándar de conducta —y me permitó decir “que es un estándar mínimo de conducta”—que se espera del Contador Público para que cumpla con su responsabilidad de servir al interés público. Sin embargo, no solo con saber que existe un Código de Ética o acudir a un curso garantizamos un comportamiento apropiado de los Contadores y, tampoco es suficiente que en alguna clase se les hable de ello a los estudiantes, la ética no debe quedarse nunca en la teoría, la ética profesional es una ética aplicada, es esencialmente práctica. Los Contadores debemos asumir nuestro compromiso y responsabilidad con la profesión, con nuestro trabajo, con nuestros clientes, con la sociedad en general CONTADURÍA PÚBLICA 27

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