Revista Contaduría Pública marzo 2022

a las empresas, los cuales son, de manera preponderante, los cinco siguientes riesgos: operativos, administrativos, financieros, estratégicos y reputaciones. 1. Los riesgos operativos están relacionados con la planeación empresarial, pues sin planeación no hay operación eficiente ni administración eficaz. 2. Los riesgos administrativos se relacionan con la organización y dirección empresarial, es la administración la que debe implementar los controles adecuados para minimizar las contingencias por los riesgos y supervisar puntualmente el cumplimiento de estos. 3. Los riesgos financieros están ligados con el control administrativo. Es en los estados financieros donde vemos los resultados de una buena o mala gestión administrativa y operativa empresarial, representan la foto final de la actuación administrativa, pues la contabilidad es el principal control interno de la empresa, pero no es el único, porque detrás de unos excelentes estados financieros existe una buena gestión administrativa y una buena y confiable base de datos alimentada de la operación. 4. Los riesgos estratégicos están relacionados con la visión empresarial. La planeación estratégica debe marcar el rumbo hacia el cumplimiento de la visión empresarial, de lo contario la brújula de la empresa no estaría debidamente calibrada. 5. Los riesgos reputacionales son los que se relacionan con la ética y la calidad de los servicios proporcionados. En la actualidad, tenemos que seleccionar muy bien a nuestro personal y cuidar con pulcritud la adecuada satisfacción del cliente y cumplir con los compromisos ofrecidos de manera sobresaliente, hay que cuidar al extremo las formas de tratar a los clientes porque en cuestión de minutos pueden desbaratar o difamar a la empresa en las redes sociales. El uso de las TIC ha hecho la diferencia en la manera de afrontar la situación económica ocasionada por la pandemia, pero hay que reconocer que no todo lo hace la tecnología, y que, por el contrario, el uso de la tecnología sin el buen auditor interno especializado y debidamente capacitado que la valide y verifique el adecuado diseño de los controles y el cumplimiento puntual de los mismos no se tendría la seguridad razonable para el logro exitoso de los objetivos planeados. Como auditores tenemos que renovarnos y evolucionar a la par con las tecnologías para estar a la altura del valor agregado que se espera del auditor, y es lo que demandan las empresas de hoy, tenemos que estar preparados y las empresas también tienen que invertir en la capacitación de sus auditores internos. Conclusión Todas las disciplinas evolucionan, y la auditoría interna no se puede quedar atrás. Los auditores internos de hoy tenemos que ponernos las pilas para contribuir a lograr con éxito los objetivos empresariales, pero esto no es consecuencia de la pandemia, es algo que ya venían implementando las grandes empresas, la pandemia nos ha acelerado la implementación, debemos tomarla como una oportunidad, no todo es malo, contribuyamos aportando el valor agregado que se espera de la auditoría o estaremos en peligro de extinción en la contratación de nuestros servicios. Actualicemos nuestro chip. Como auditores tenemos que renovarnos y evolucionar a la par con las tecnologías para estar a la altura del valor agregado que se espera del auditor DOSSIER 52

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