Se ha referido al talento como una habilidad, aptitud o inteligencia para comprender y resolver problemas por parte del ser humano, lo cual pareciera que es un don que en mayor o menor condición se tiene por naturaleza; sin embargo, debemos considerar al talento como la capacidad especial o facilidad para “aprender” una tarea determinada, con lo que todo individuo debe ser considerado apto para tener o desarrollar el talento.
Hemos sido testigos de esta revolución del conocimiento y de la ciencia que en los más recientes años toda la actividad humana ha venido llevándose a cabo con el uso intensivo de la tecnología, permitiendo el manejo de grandes volúmenes de información y con una respuesta prácticamente en tiempo real; tecnología que se ha democratizado con el acceso a computadoras y teléfonos inteligentes por un segmento significativo de la sociedad, cubriendo grandes partes de la geografía nacional y mundial.
La sociedad en su conjunto y las organizaciones en lo individual deben generar las condiciones necesarias que permitan que las personas desborden su talento y, en su caso, lo desenvuelvan. Por nuestra parte, a los profesionales de la Contaduría nos corresponde, con apoyo de la tecnología, destacar el talento humano en las diversas actividades en las que nos desempeñemos, como es el caso de los trabajos de auditoría.
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