Síntesis
Este es el delito informático de más rápido crecimiento en el mundo que se castiga con una pena de uno a cinco años de prisión y de cuatrocientos a seiscientos días de multa, según la legislación penal para la CDMX. Para los bancos mexicanos, esto genera una pérdida de más de 261 mil millones de pesos al cierre de 2015 y para 2016, 2017 y 2018 va en aumento.
Resulta ya un lugar común referirse a los datos como el petróleo del siglo XXI. Para las generaciones pasadas los datos personales no parecen tener una mayor relevancia más allá de establecer características singulares que distinguen a una persona de otra, y para las futuras generaciones habrá que explicarles qué significaba el petróleo en el siglo XX. Pero ¿realmente tenemos que preocuparnos por cuidar nuestros datos?
Hoy en día existe la alta posibilidad de que llegue al domicilio una tarjeta de crédito no solicitada o diversa correspondencia que, si bien está dirigida al habitante de un domicilio, no deja de inquietar cómo ocurrió, en qué momento las empresas procesaron información para hacer llegar sus mensajes. Lo mismo ocurre con los usuarios de la red, cuando descubren que la publicidad (ADS) pareciera estar pensada en sus necesidades. Lo cual es cierto. El uso, las búsquedas, el tiempo que uno se detiene en las cosas que llaman la atención, las páginas abiertas, entre otros hábitos, forman una bitácora que, tanto las redes sociales (ver anexo 1) como los buscadores en Internet comparten para una explotación comercial (de ello dan cuenta los avisos de privacidad y contratos de uso, cuyas cláusulas pasamos inmediatamente, motivados por la ansiedad de iniciar la aplicación o entrar a la red) (ver anexo 2).
Los usuarios, por diversas razones, depositamos ingentes cantidades de datos personales, entre otras, las siguientes:
- Edad.
- Domicilio.
- Estado civil.
- Teléfonos.
- Ingresos.
- Lugar de trabajo.
- Dependientes económicos.
- Número de cédula.
- Número de licencia.
- Número de pasaporte.
- Número de credencial para votar.
- CURP.
- Números de tarjetas de crédito.
- NIP.
- Fechas de vencimiento.
- Número de seguridad social.
- Placas de vehículos.
- Claves catastrales.
- Predio.
- Identificador de contrato telefónico.
- Contrato de cable.
- Contraseñas.
Con estos datos estamos dotando a quien los recibe de una información que puede ser utilizada para cualquier fin.
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