CARTA EDITORIAL
El planteamiento en este número se basa en la preocupación por el reto que se tiene como profesión colegiada para que en un futuro cercano, la sociedad pueda contar con profesionales de la Contaduría Pública con los perfiles requeridos. En general, al parecer, las necesidades de los estudiantes y del mercado están desalineadas. Hoy en día, tanto en la iniciativa privada como en el ejercicio profesional independiente, existen problemas para reclutar Contadores Públicos con o sin experiencia, y con el perfil adecuado para ejercer la profesión. Quizá esto se deba al divorcio entre la teoría y la práctica, entre los objetivos académicos y los objetivos de las organizaciones. Aunado a ello, está el impacto en el cambio generacional para el ejercicio de la profesión contable. ¿Qué significa este cambio? Al parecer no es de los estudiantes, sino de los directivos o de los desarrolladores curriculares, pues las generaciones de estudiantes nunca son estáticas. Desde el punto de vista profesional, los directivos tienen cambios en la dirección de las empresas; en el mundo de los negocios los paradigmas cambian y se modifican; la forma de hacer negocios cambia y la profesión debe cambiar también; los bloques comerciales, la tecnología, las formas de comunicación, todo se ajusta de una manera elástica y vertiginosa, por lo que el rol del Contador Público también se modifica. ¿La enseñanza también lo hace a la par y con el mismo ritmo? ¿Es reto de las universidades o del mercado? Es necesario proyectar un nuevo perfil del Contador Público en la actualidad, pero ¿de dónde debería provenir ese perfil del Contador Público del siglo XXI? Un reto significativo es considerar el trabajo de los Contadores en el futuro cercano, ya que el mundo empresarial está urgido de Contadores de altura.
Atentamente, Lic. Georgina Ávila Figueroa
Coordinadora marzo 2014
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