C.P. Y E.F. GERARDO ARTURO VALDÉS MOSQUEDA DIRECCIÓN DE CONTABILIDAD PLANEACIÓN Y PRESUPUESTO BANCO DE MÉXICO (BANXICO) gerardo.valdes@banxico.org.mx
Síntesis
La importancia de la normatividad contable para los bancos centrales es fundamental para reportar su información financiera; sin embargo, se puede llegar a perder de vista que la implementación de la política monetaria podría verse afectada, particularmente en lo que se refiere a la metodología establecida para calcular y determinar la distribución de utilidades, en relación con la obligación que tienen los bancos centrales de entregar el remanente de su operación a sus gobiernos.
La Contaduría Pública es una profesión colegiada que ha demostrado ser imprescindible dentro de las organizaciones, ha evolucionado al paso del tiempo y se ha consolidado debido a que la normatividad utilizada para reportar la información financiera se desarrolla considerando los principios de independencia, transparencia, objetividad y confiabilidad, con la finalidad de que sea útil para todos los usuarios. Su evolución ha sido tan grande que el éxito o fracaso de una organización puede depender de la oportunidad y calidad de la información financiera.
Al respecto, la importancia de la normatividad contable para los bancos centrales no está en tela de juicio, ya que es fundamental para reportar su información financiera, sin embargo, se puede llegar a perder de vista que, dependiendo de los criterios adoptados, la implementación de la política monetaria podría verse afectada.
Existen diversas herramientas para implementar la política monetaria; no obstante, la normatividad contable utilizada no está asociada directamente con la consecución de los planes de esta, pero las repercusiones pueden ser mayúsculas, particularmente en lo que se refiere a la metodología establecida para calcular y determinar la distribución de utilidades, en relación con la obligación que tienen los bancos centrales de entregar el remanente de su operación a sus gobiernos.
En el caso del Banco de México, el artículo 55 de su ley establece que es una institución sin fines de lucro que deberá entregar al Gobierno Federal el importe íntegro de su remanente de operación una vez constituidas las reservas previstas en su ley, siempre que eso no implique la reducción de reservas provenientes de la revaluación de activos. La entrega del remanente, en su caso, se efectúa a más tardar el mes de abril del ejercicio siguiente al que corresponda el remanente.1
En los ejercicios terminados el 31 de diciembre de 2008, 2014 y 2015 se entregó remanente por una cantidad de 95,000, 31,448 y 239,093 millones de pesos, respectivamente. Para dimensionar el remanente entregado en 2015 basta compararlo contra la recaudación de gasolina y diésel durante ese ejercicio, la cual ascendió a 220,091 millones de pesos.2
Los remanentes entregados al Gobierno Federal son consecuencia tanto del entorno económico como de las decisiones tomadas por la Junta de Gobierno del Banco de México, las cuales están soportadas con información que emana de los estados financieros y la determinar la distribución de utilidades, en relación con la obligación que tienen los bancos centrales de entregar el remanente de su operación a sus gobiernos.
En el caso del Banco de México, el artículo 55 de su ley establece que es una institución sin fines de lucro que deberá entregar al Gobierno Federal el importe íntegro de su remanente de operación una vez constituidas las reservas previstas en su ley, siempre que eso no implique la reducción de reservas provenientes de la revaluación de activos. La entrega del remanente, en su caso, se efectúa a más tardar el mes de abril del ejercicio siguiente al que corresponda el remanente.1
En los ejercicios terminados el 31 de diciembre de 2008, 2014 y 2015 se entregó remanente por una cantidad de 95,000, 31,448 y 239,093 millones de pesos, respectivamente. Para dimensionar el remanente entregado en 2015 basta compararlo contra la recaudación de gasolina y diésel durante ese ejercicio, la cual ascendió a 220,091 millones de pesos.2
Los remanentes entregados al Gobierno Federal son consecuencia tanto del entorno económico como de las decisiones tomadas por la Junta de Gobierno del Banco de México, las cuales están soportadas con información que emana de los estados financieros y la información contable utilizada para su realización. De acuerdo con los estados financieros del Banco de México correspondientes a los ejercicios señalados, la mayor parte de sus ingresos se derivaron de ganancias por fluctuaciones cambiarias provenientes de los valores mantenidos en su reserva internacional.
Ahora bien, la incertidumbre en épocas de crisis financieras ocasiona fuertes variaciones en el tipo de cambio, lo cual genera utilidades para el Banco de México derivado de la depreciación del peso respecto a otras divisas, particularmente con respecto al dólar de EE.UU.
En años recientes diversos eventos resultaron en dos crisis financieras importantes:
- La agudización de los problemas en los mercados financieros internacionales, desde mediados de septiembre de 2008, tuvo fuertes repercusiones sobre la economía mundial en el cuarto trimestre de ese año, derivados de la quiebra de un importante banco de inversión estadounidense y la falta de claridad sobre la utilización de los recursos de emergencia para apoyar al sistema financiero de ese país.3
- Por otro lado, durante el ejercicio de 2014, el entorno internacional presentó un deterioro importante debido a que el precio internacional del petróleo registró una caída significativa, observándose una apreciación generalizada del dólar estadounidense.4
Derivado de estas dos crisis financieras, los ingresos por fluctuaciones cambiarias, que se incluyeron en el estado de resultados en los ejercicios de 2008, 2014 y 2015, se originaron, principalmente, por la conversión a moneda nacional del importe equivalente al dólar de EE.UU. y de las demás monedas en las que se hubieran negociado los activos y pasivos monetarios de la Reserva Internacional.
Cabe destacar que el Banco de México prepara su información financiera de acuerdo con los requerimientos de información establecidos en la Ley del Banco de México y su Reglamento Interior, de acuerdo con lo dispuesto en las Normas de Información Financiera del Banco de México (NIFBdM), las cuales cuentan con la opinión favorable del Consejo Mexicano de Normas de Información Financiera, A.C. (CINIF) sobre su total convergencia con las Normas de Información Financiera nacionales (NIF), excepto por aquellos casos en los que la Ley del Banco de México dicta un tratamiento distinto.5
Respecto a las fluctuaciones cambiarias, el Banco de México aplica lo dispuesto en la NIFBdM B-15, Conversión de Monedas Extranjeras, la cual señala que la fluctuación cambiaria es la diferencia resultante de convertir transacciones denominadas en moneda extranjera a otra moneda, utilizando diferentes tipos de cambio; y convertir los saldos de las monedas de registro a la moneda de informe, utilizando los tipos de cambio de diferentes fechas.
Las partidas monetarias denominadas en moneda extranjera, de las transacciones en moneda extranjera, se reconocen en la moneda de registro y su conversión inicial a la moneda de informe aplicando el tipo de cambio pactado en la transacción. La fecha de una transacción es aquélla en la cual la operación se devenga y cumple las condiciones para su reconocimiento. A la fecha de cierre de los estados financieros, los saldos de las partidas monetarias denominados en moneda extranjera deben convertirse a la moneda de informe, utilizando el tipo de cambio de cierre.6
En este sentido, los ingresos denominados por fluctuaciones cambiarias que se incluyen en el estado de resultados se originan por la conversión a moneda nacional del importe equivalente al dólar de EE.UU. de los activos y pasivos monetarios denominados en moneda extranjera del Banco de México, los cuales se reconocen contablemente en los resultados del ejercicio conforme se devengan.
En general, las NIFBdM no requieren un tratamiento diferenciado entre lo devengado y realizado; por lo tanto, al momento de determinar el remanente de operación que será entregado al Gobierno Federal se utilizará, precisamente, el tipo de cambio al cierre del ejercicio de que se trate, el cual será diferente a aquel que se utilice en el ejercicio posterior, al momento en que efectivamente se realice la operación que dio lugar a la fluctuación cambiaria o simplemente por la tenencia de un activo monetario denominado en moneda extranjera.
Como se mencionó, las políticas contables pueden afectar de manera significativa las decisiones de política monetaria, ya que las decisiones podrían variar si se decidiera que el remanente de operación entregado al Gobierno Federal se efectúe con la utilidad efectivamente realizada al 31 de diciembre del ejercicio de que se trate.
Por ejemplo, los bancos centrales pueden optar por utilizar una política contable en la que el remanente de operación se entrega considerando todas las transacciones que efectivamente se materializaron y reflejaron al cierre del ejercicio financiero. Este es el caso del Banco de Suecia (Sveriges Riksbank), en el que las pérdidas y ganancias por variaciones en tipos de cambio se registran en el estado de resultados del periodo; sin embargo, las que no fueron realizadas se registran en una cuenta de capital llamada revaluation accounts, la cual disminuye el saldo de las utilidades que se transfieren al estado de resultados.7
De todo lo señalado se desprende que la normatividad contable debe ser considerada seriamente en la consecución de los planes de política monetaria y sus ulteriores efectos que esta podría tener en el gasto público, ya que, sin duda, los remanentes de operación entregados al Gobierno Federal hubiesen sido distintos si el Banco de México, a su vez, hubiese utilizado la misma política contable que el Banco de Suecia.
El Banco de México ha demostrado ser un pilar fundamental en la economía mexicana, que hoy no tendría obligación de cuantificar los efectos derivados de la aplicación de una política contable similar a la del Banco de Suecia; sin embargo, es importante reflexionar y tomar conciencia de las repercusiones que tiene la normatividad contable en la economía, ya que también puede ser un factor determinante de la inflación en los ejercicios en que se reparta al Gobierno Federal el remanente de operación, debido al incremento del circulante (base monetaria) en la economía nacional.