Su impacto ecológico y económico
“Un cambio en los estilos de vida podría llegar a ejercer una sana presión sobre los que tienen poder político, económico y social. Es lo que ocurre cuando los movimientos de consumidores logran que dejen de adquirirse ciertos productos y así se vuelven efectivos para modificar el comportamiento de las empresas”1
La casa común o aldea global son distintos nombres del planeta Tierra, en el que actualmente habitamos los seres humanos. Lugar donde se desarrollan las actividades propias de todo ser vivo y, específicamente, de los que cumplimos distintos roles, como productores de bienes o servicios, algunos como consumidores de estos y algunos otros como administradores de la generación de riqueza global y cuidado del medio ambiente que nos rodea.
Extinción de recursos naturales
El aprovechamiento desmedido de los recursos naturales, la falta de planeación del futuro incierto, la descomposición social que ha desvirtuado el uso adecuado del medio ambiente al extinguirse cientos de vegetales y flores, así como la indiferencia ante los avisos de la naturaleza por el cambio climático, han traído como consecuencia la disminución de áreas verdes con seres vivos que ayudaban a fortalecer la ecología, generando
al ser humano un sistema orgánico sano para las generaciones presentes y futuras.
The Global Compact
Bajo este panorama tan deplorable, surgió en el año 1999 el Global Compact (El Pacto Mundial de Naciones Unidas). Es una “iniciativa internacional que promueve implementar Diez Principios, universalmente aceptados, para promover el desarrollo sostenible en las áreas de derechos humanos y empresa, normas laborales, medio ambiente y lucha contra la corrupción en las actividades y la estrategia de negocio de las empresas.
Con más [de] 12,500 entidades adheridas en más de 160 países, es la mayor iniciativa de responsabilidad social empresarial en el mundo”.2
ESR en nuestro país
En nuestro país, las empresas, con alto grado de liderazgo en su ramo, mantienen como uno de sus valores principales el respeto al medio ambiente y el cuidado a su entorno. Por lo tanto, se destacan por actividades loables que son ejemplo para muchos y adoptan normas y procedimientos que les permiten cumplir a cabalidad estos principios, entre los que destacan incentivar en sus colaboradores el desarrollo de actividades ecológicas como tener espacios para colocar material residual, donde se separe el no degradable del biodegradable; utilizar el papel para reciclar internamente y eliminar el uso de vasos, platos, cucharas, tenedores y cuchillos desechables en las reuniones o juntas internas. Asimismo, organizan actividades periódicas de integración en lugares recreativos que tengan como principal interés el cuidado de la naturaleza y colocan como prioridad sembrar vegetales endémicos como medida para preservar la naturaleza del lugar donde viven. Por todas estas actividades,
dichas empresas son reconocidas por agrupaciones, como el caso del Centro Mexicano para la Filantropía (CEMEFI), organismo con más de 30 años fomentando las buenas prácticas corporativas mencionadas en párrafos anteriores.
ESR y sus beneficios
El gremio contable, que se caracteriza por ser una profesión muy bien organizada, obtiene la ventaja de reconocer de cerca todos los beneficios que puede alcanzar una organización pública o privada, en su calidad de asesor contable, como auditor interno o como dictaminador; apoya con sus conocimientos técnicos para mejorar o implantar un control interno adecuado que contribuya con las características propias de las entidades que se identifican como Empresas Socialmente Responsables (ESR).
Entre sus objetivos principales, estas empresas implementan sistemas de gestión que coadyuvan al cuidado del ambiente, por lo cual obtienen ventajas competitivas en diversas áreas, como en el ámbito legal al anticiparse con el cumplimiento que exigen las regulaciones ambientales; en su proceso productivo, minimizan el posible daño que pudieran ocasionar en la generación de sus productos terminados y disminuyen costos de producción, dado que las mermas son menores y mejor controladas; en materia laboral, fortalecen el clima de sus trabajadores al formar parte de una empresa que se ocupa de mejorar su entorno y, por ende, su estilo de vida; en el área de mercadotecnia, al lanzar una campaña de imagen saludable, respetuosa del entorno, generando con ello, mayor confianza en sus consumidores.
Conclusión
Considero que es de suma importancia que cada día más empresas se sumen a esta modalidad protectora de nuestro medio ambiente. Inclusive los organismos gubernamentales deberían modificar sus procesos que sean incluyentes para preservar el cuidado del agua, el uso adecuado de papel reciclado cuando esto sea posible, la reforestación endémica, etc. Esto es, todo organismo público y privado debería asumir los mismos compromisos enunciados en el Pacto Mundial de Naciones Unidas,3 no solo la entidad gubernamental responsable de su ejecución o las empresas cuya generación de contaminantes les sea indispensable. Si la población en general, las empresas representantes –en este caso de la iniciativa privada y el sector gubernamental– conjuntaran esfuerzos para cuidar la ecología, las próximas generaciones disfrutarán de un ambiente más sano y preservarán por largo tiempo nuestros recursos naturales.
1 “Laudato si”, la encíclica verde escrita por el Papa Francisco dada en Roma el 24 de mayo del 2015.
2 Red Española del Pacto Mundial (2019). “Global Compact”. Disponible en:
3 El Pacto Global o el Pacto Mundial de Naciones Unidas es un instrumento de las Naciones Unidas que fue anunciado por el entonces secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, en el Foro Económico Mundial en su reunión anual de 1999. Wikipedia.

C.P.C. Y MTRA. SANDRA LUZ
CARVAJAL MAGAÑA
DIRECTORA GENERAL DE LA FIRMA KRESTONBSG
SEDE TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIAPAS
SCARVAJAL@KRESTONBSG.COM.MX