
Coordinador del Comité Mexicano para la Práctica Internacional de la Contaduría Pública y socio de PwC
Roberto Resa Monroy

Internacional de la Contaduría Pública y socio de PwC
A 40 años de haberse en puesto en marcha la Norma de Desarrollo Profesional Continuo (NDPC) en el Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP), los C.P.C. Roberto Resa Monroy (RRM) y Manuel Sánchez y Madrid (MSyM), dos de sus impulsores, realizan una retrospectiva de ese hecho importante para la profesión contable del país, pues dicha Norma, con el paso del tiempo, se ha convertido en uno de los pilares de la actualización y capacitación que deben cumplir los asociados (Contadores Públicos) en aras de proporcionar servicios de alta calidad a la sociedad.
¿Cómo conceptualizan, hoy en día, el resultado del camino andado para llegar a ser Contador Público Certificado?
RRM: Primero hay que decir que el fondo del orgullo de ser Contador Público es darnos cuenta de que pertenecemos a una profesión que ha trabajado históricamente en su mejoramiento sin olvidar a los profesionales, pero con la profesión como objetivo fundamental. Con ello se ha logrado una profesión de enorme prestigio y, en mi caso, pertenecer esta me hace sentir orgulloso.
MSyM: Pertenecer a esta profesión es motivo de orgullo y al mismo tiempo de enorme compromiso por velar que la profesión siga desarrollándose y teniendo futuro, que vaya cumpliendo con los objetivos trazados desde que se fundó el IMCP, pero también teniendo presente la necesidad de atender y satisfacer las demandas de la sociedad, que es básicamente a lo que estamos comprometidos. Como expresidente del IMCP mantengo una
constante preocupación por ver, tanto a la profesión como al Instituto que sigan desarrollándose, avanzando y teniendo una presencia internacional
importante. De esta manera, la profesión contable mexicana, como tal, sigue y seguirá teniendo un papel trascendental en momentos cruciales. En el ámbito mundial somos una profesión organizada y como organización estamos preocupados por seguir adelante y por tener una presencia en favor de la sociedad, y desde luego, del interés público.
¿Cuántos años llevan en el ejercicio de la profesión contable?
RRM: Me recibí en 1973, entré a la escuela en 1968, un año emblemático para el país; terminé mi carrera en 1972 y, al igual que muchos colegas, comencé a trabajar cuando aún era estudiante. Desde el primer año de la carrera me integré a la firma que hoy dirijo, en septiembre de 1970. Pasé por entender primero a la Contaduría y después a la auditoría como un proceso interesante en el manejo de la técnica contable. Creo que la profesión es maravillosa, ya que nos abre las puertas al mundo de las relaciones humanas. Mucho del entorno de la firma en donde se trabaja es un mecanismo de comunicación determinado, ese será diferente con el cliente, con el personal del cliente y cuando cualquier autoridad nos ponga de interlocutor en función del cliente; esto, por sí solo, ya es en sí un trabajo interesante que se vuelve aún más cuando los Contadores, llegamos al acuerdo y conclusión de que queremos trabajar por la misma profesión. Entonces nos sumamos a los colegios locales (Federadas) y al IMCP, y realmente tenemos una oportunidad de servir y hacer algo por esta profesión. Si en estos 49 años esto ha servido de algo, me voy a despedir muy contento cuando sea el momento.
MSyM: Me recibí en 1970, tengo 49 años de titulado e inicié en lo que hoy es PricewaterhouseCoopers en 1966, haciendo cuentas. Desde hace 53 años, ejerzo esta profesión.
Bajo este antecedente, ¿cuándo conceptualizan la necesidad de crear el Comité Mexicano para la Práctica Internacional de la Contaduría Pública (COMPIC)?
RRM: Cuando se logra eventualmente el establecimiento del Acuerdo de Reconocimiento Mutuo entre Estados Unidos, Canadá y México en apoyo y sustento al Tratado de Libre Comercio. Aquí surge la inquietud si verdaderamente es el único mercado en el cual los Contadores mexicanos podrían estar interesados para establecer acuerdos de reconocimiento mutuo, por ello se entra en la disyuntiva en la que sabemos que no es el único; los contadores mexicanos pueden estar interesados en otros bloques como la Unión Europea, etc. Sin embargo, el COMPIC no tiene jurisdicción, ya que tiene un origen que prácticamente lo encajona al ámbito de Norteamérica. En consecuencia, se han hecho una suma de acuerdos entre diferentes autoridades, reconociendo que el objetivo de buscar acuerdos más allá de Norteamérica es importante; por consiguiente, lo que sigue es sumar de manera formal el COMPIC a la Comisión Técnica Consultiva de Contaduría de la Dirección General de Profesiones; el COMPIC está acuñado en una comisión que asesora a la Dirección General de Profesiones en los asuntos que requiere la profesión contable mexicana a nivel internacional. En consecuencia, de ahí saldrán acuerdos en el momento en el que se restablezcan adecuadamente las actividades de la Dirección General de Profesiones en la búsqueda de convenios en otras latitudes.
MSyM: Como se señala, el COMPIC nace como resultado de la firma y entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte e 1994. Este tratado tiene una sección o capítulo en el que se habla del comercio transfronterizo de servicios, en dicho capítulo se establecen lineamientos para las profesiones y que están reguladas por la Ley General de Profesiones (entre estas se considera a la profesión de Contador Público). Una vez que entra en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la Secretaría de Economía (en el caso de México) tiene el encargo de que establezca y lleve adelante las medidas que permitan que en los tres países (Canadá, Estados Unidos y México) se establezcan las condiciones
favorables para que los profesionales de estos tres países puedan ejercer la profesión en cualquiera de los tres países. La Secretaría de Economía refiere a la Secretaría de Educación Pública, al ser esta el órgano idóneo para este tipo de encargo. Entonces por medio de la Dirección General de Profesiones se crea el COMPIC, cuya tarea es hacer todo lo necesario para llegar al objetivo de tener un instrumento que permita que los Contadores Públicos de México pueden ejercer en Canadá y/o Estados Unidos, y que canadienses y/o estadunidenses también lo hagan en México.
El COMPIC nace en septiembre de 1994 y desde esa fecha ha seguido existiendo y ejerciendo diversas actividades, pero las más importantes son
las que se realizaron en el periodo 1994-2002, cuando por primera vez se firma un acuerdo de reconocimiento mutuo entre los tres países, estableciendo las reglas y condiciones precisas para dar cumplimiento al concepto de ejercer la profesión en cualquiera de los tres países (Canadá,
Estados Unidos y México), existiendo la posibilidad de ser reconocido por cada uno de esos países como un Contador Público Certificado (C.P.C.) según la denominación que se maneje en cada país. Esa es la trascendencia e importancia del COMPIC desde su creación.
La idea de una norma autoimpuesta por la profesión, que demuestre una continua actualización y capacitación profesional, implica un gran compromiso. En 1994, la Norma de Desarrollo Profesional Continua contaba con 15 años de haber entrado en vigor y hoy a 25 años de distancia es algo cotidiano. ¿Cómo vislumbran lo que se ha hecho y lo que seguramente falta por hacer?
RRM: Me parece que una de las grandes decisiones de la profesión fue llegar a la conclusión de que se tenía que buscar una formalización de algo que sucedía en los canales del profesional comprometido y deseoso de mantener su nivel de actualización. Aquí es donde nos preguntamos si antes de la norma había actualización, la respuesta es sí, de forma voluntaria, incidental, personalizada, etc. Por eso, cuando el IMCP señaló que establecía la Norma de Desarrollo Profesional Continuo, con la condición de que fuese voluntaria, fue muy fácil su aceptación porque en realidad estaba sucediendo. Con la transformación de una norma voluntaria a obligatoria, en cumplimiento con el compromiso que la profesión tiene con el interés público (usuarios de la información financiera), se dejó evidencia de que estamos conscientes de dicha responsabilidad.
MSyM: Creo que una de las decisiones más trascendentes de la profesión ha sido, primero, la posibilidad de autorregularse y establecer sus propias normas con su marco de actuación y, segundo, dentro de todo esto definitivamente estar actualizado y darle la formalidad necesaria a un
proceso que se realiza inicialmente como un acto de conciencia (en pro de dar un buen servicio) y porque se le da el reconocimiento de hacer frente a los requerimientos de la sociedad para demostrar que estamos actualizados. Por ello, para pertenecer a un gremio tan importante como lo es el del IMCP y sus Federadas, necesitamos estar al día en materia contable y demostrar que cumplimos con dicha actualización. Mucho de esto deriva también de la educación formal que se ha recibido; , quienes habían estudiado en las mejores universidades mexicanas tenían un nivel de conocimiento que les mantenía con cierta visión de lo que debían hacer y cómo seguir desarrollándose; a su vez, quienes por situaciones especiales habían estudiado en instituciones con menor calidad educativa, tenían menos preocupación y, tal vez por decirlo, visión o conciencia para realizarlo. Por ello se considera un gran empuje para la provisión mexicana la implementación de la NDPC.
¿Cómo resumen estos 40 años de vigencia de la Norma de Desarrollo Profesional Continuo?
RRM: La evolución de la NDPC ha sido perfectamente acorde a la de la profesión contable mexicana, sus grandes pasos, me parece, son cómo nace, lo cual es derivado de un reconocimiento a la responsabilidad en términos voluntarios; y cómo se transforma unos cuantos años después en una norma obligatoria en pro de darle un sello de seriedad, sobre todo, hacia fuera. Mucho de lo que hace el IMCP, como se ha señalado aquí, y la decisión de autonormarse, fue el pilar del crecimiento de la profesión. La evolución de las Normas de Información Financiera, las Normas de Auditoría y el Código de Ética son ejemplo de ello, todo acorde a la NDPC. El otro gran paso que dio la profesión con la NDPC fue cuando se emparejó con la certificación, aquí es el momento de hablar sobre el nacimiento de la
certificación entre los años 1996-1997; en donde se pone sobre la mesa del Comité Ejecutivo Nacional la necesidad de diferenciar la calidad del profesional de la Contaduría. En mi opinión, no había mucho que pensarle, simplemente era voltear a otras latitudes y entender cómo lo hacía el resto del mundo, planteándose la necesidad de la llamada certificación. Y aquí un cimiento fundamental de la certificación fue que, para entonces teníamos lustros de experiencia de la NDPC sobre la cual se sostiene la certificación. Primero, el periodo llamado “del abuelo”, que se toma directamente del concepto que Estados Unidos planteó en su momento muchos años ante que nosotros con el denominado del grandfather, y que no es más que la respuesta a la pregunta planteada de requerir una base de profesionales que hayan demostrado históricamente su calidad profesional, y por la que
simplemente se tuvo que recurrir a las personas que habían cumplido con la NDPC siempre. A partir de ahí nace la primera capa de C.P.C., con ese gran sustento se establecen las condiciones para la re-certificación cada cuatro años, siempre regulada por la NDPC.

MSyM: Otro de los elementos fundamentales que la propia NDPC ha tenido es la flexibilidad derivada de la propia aplicación, la cual le ha ayudado para evolucionar a la par de las necesidades, que cada día son mayores. También ayuda el que la NDPC se ha identificado con las tendencias internacionales, dentro de ese mismo concepto que mencionamos en la
cuenta de reconocimiento mutuo con nuestros países vecinos de América del Norte, amén de la participación importante que México tiene en la IFAC, necesitamos que se considere a México como un país en donde se va tomando en consideración lo que es el desarrollo y la normatividad de tipo internacional.
¿Qué le falta a la Norma de Desarrollo Profesional Continuo para interesar a los nuevos profesionales de la Contaduría?
RRM: Es inevitable que la NDPC evolucione hacia donde van las nuevas tendencias de la profesión y la sociedad. La educación a distancia no es el futuro, es lo de hoy por los recursos tecnológicos que están en todos lados y que al final son el vehículo para facilitar todo esto en pro de agilizar el cumplimento de la Norma. Siempre habrá colegas que lo entiendan mejor que otros; sin embargo, el reto se encuentra en que esto no sea un mecanismo para la discriminación. La educación a distancia es una
realidad. Tenemos posibilidad de revisar lo que en otras latitudes se está haciendo, incluso nuestros vecinos del norte la evalúan en periodos trianuales bajo reglas específicas, de puntaje mínimo en un año, con
posibilidad de recuperarse en los otros dos, considerar mayor gama de especialidades y asignatura; en fin, hay mucho de donde tomar experiencias, lo que sí es cierto es que al final lo que se realice, deberá
afrontarse con responsabilidad y la seriedad que merece.
MSyM: Las tecnologías son lo de hoy, solo considero que se deben hacer los estudios pertinentes para que sea benéfico para todos. En mi opinión, tener
que cumplir con ciertos puntos en un año hacen rígida a la NDPC y esto pudiera flexibilizarse con términos de cumplimento bianuales. Es un tema que podemos considerar. Me atrevo a sugerir que si a los Contadores Públicos jóvenes se les encuestara sobre lo que esperan de la NDPC, pudiera ayudar para saber hacia dónde dirigir las baterías en el IMCP, en pro de los futuros cambios que pudiera tener esta búsqueda de mantener la actualización. Hay mucho por hacer. Si bien son 40 años de vivir con la NDPC, aún estamos incipientes en algunos temas que se pudieran incorporar; la certificación por disciplinas es un ejemplo, adicionalmente se pueden considerar temas que no siempre son técnicos. Los puntos de ética tienen un fin diferente y, por ello, tal vez debieran reforzarse con temas de habilidades de comunicación que, en algunos casos, no dominarlos provoca o genera que se encasille al C.P.C. en una figura que no siempre es acorde con el perfil profesional que se tiene. Agradecemos al C.P.C. Roberto Resa Monroy y al C.P.C. Manuel Sánchez y Madrid su tiempo para compartirlo
con la revista Contaduría Pública.
C.P.C. JUAN CARLOS BOJORGES PÉREZ
VICEPRESIDENTE DE DESARROLLO Y CAPACITACIÓN
PROFESIONAL DEL COLEGIO DE CONTADORES PÚBLICOS DE MÉXICO
JCARLOS.BOJORGES@BGS.COM.MX
C.P.C. SERGIO LUIS MORENO MORENO
SOCIO DE AUDITORÍA EN MORENO CONTADORES
CONSULTORÍA PROFESIONAL
SLM2@MORENOCONTADORES.COM.MX
FOTOGRAFÍAS ANDREA F. AGUIRRE QUIROZ