»Importa más el desarrollo del plan
que el plan de desarrollo« ―Dr. Carlos Llano Cifuentes
Business Inteligence es el conjunto de técnicas y herramientas para transformar datos “en bruto” en información significativa y útil para elaborar mejores diagnósticos (y análisis) acerca del negocio en que se encuentra la empresa
¿Cómo utilizarla inteligentemente?
El concepto es claro y simple, fácil de entender, pero no sencillo de realizar; los datos (“en bruto”) que nos rodean hay que ordenarlos como información y dicha información hay que procesarla para que se vuelva conocimiento, conocimiento que nos permite elaborar un diagnóstico real, muy objetivo, diagnóstico que a su vez nos permite tomar mejores decisiones.
Hay que ser empático
Para ser capaces de transformar los datos en información y la información en conocimiento hay un prerrequisito: ser empático, es decir tener la capacidad de entender muy bien la realidad (la palabra “empatía” tiene raíces etimológicas muy similares a “antipatía” (referente a alguien que no me cae bien) o “simpatía” (lo contrario, alguien me cae bien); empatía no es que me caiga bien o mal, significa que lo entiendo (podría decirse que “vibro” al mismo ritmo) que me pongo en sus zapatos…, que tengo la capacidad de ponerme en el lugar de los otros).
Quien pretende ser empático (y quien lo es) siempre es abierto y reflexivo. Abierto para escuchar (que no es solo oír) y para observar (que no es simplemente ver); es estar listo para aprender. Asimismo, el practicar la empatía nos va a hacer conocer cosas que quizá, de primera mano, no nos agraden, pero ni modo, hay que saber escuchar para así conocer (de todo, bueno y malo).
Hay que ser objetivo (y a la vez humilde)
No basta con ser empático (para entender mejor) hay que ser objetivo, es decir, hay que ver las cosas como son, no como quisiéramos que fueran, ya posteriormente decidiremos si queremos o conviene cambiarlas, pero por el momento hay que verlas como son, con objetividad (la objetividad es ver las cosas tal como son, o sea, reconocer la realidad como es; una persona objetiva tiene la capacidad de controlar sus emociones y ver las cosas sin suponer sobre ello, manteniendo la racionalidad).
Además de ser objetivo, también hay que ser humilde, entendiendo por humildad no el ser apocado, sino el ser objetivo con uno mismo, sabiendo que uno posee cualidades (aunque sean pocas) y también limitaciones o debilidades (“Nadie es capaz de todo, nadie es incapaz de nada”, afirmaba el Dr. Carlos Llano Cifuentes). Objetividad y humildad, dos virtudes que nos permitirán transformar datos en información e información en conocimiento.
Decidir = formular la estrategia
¿Qué es lo que esencialmente hacen los directores? Ante cada situación (a veces muy simple, en otras, muy complicada y con enormes consecuencias) un director “pasa” por los tres pasos del saber prudencial:
- Diagnóstico (para saber dónde se encuentra, en qué situación está). Este diagnóstico le lleva a determinar cuatro elementos: los primeros dos de orden externo (es decir, que están en el entorno) que son las oportunidades que tiene la posibilidad de aprovechar y las amenazas que se le presentan y lo apremian. También define dos elementos de orden interno (las llamadas fuerzas) que son, en primer lugar, sus habilidades, competencias capacidades y recursos (para lo que es bueno) y en segundo lugar sus limitaciones (o debilidades) para lo que no es bueno.
- Decisión. Una vez hecho el diagnóstico tendrá que decidir qué es lo que va a hacer, es decir, hacia dónde se va a dirigir; generalmente, esta decisión implica la formulación de la estrategia (por eso el encabezado de este párrafo dice: decidir=formular la estrategia), y al formular la estrategia va decidiendo lo que hará. Una simple y completa definición de estrategia contempla tres componentes: 1) el objetivo (el qué) lo que desea lograr, el punto a donde quiere llegar; 2) el plan de acción (el cómo), esto es, lo que va a hacer para logra el objetivo, y 3) las capacidades y recursos (el con qué) que requiere para llevar a cabo el plan de acción.
- Ejecución. En este paso lo que hará es llevar a cabo (ejecutar) lo que decidió, en otras palabras, después de formular la estrategia pasa a ejecutarla. En esta ejecución pasa de la decisión a la acción, normalmente por medio de otros (manda a su equipo), además de lograr colaboración de colegas, superiores y hasta de externos a la empresa (clientes, proveedores, prensa, autoridades, etc.), y, por supuesto, siempre dirigiéndose a sí mismo (el mando de uno mismo, que siempre es sumamente difícil).
Podemos apreciar que el concepto de Business Intelligence no es una simple moda, sino que es algo esencial para elaborar un buen diagnóstico que nos permita formular una buena estrategia (y que ayude también a implantarla exitosamente). Las empresas exitosas, que logran crecer (con utilidades), lo hacen gracias a ejecutar adecuadamente una buena estrategia, ambas acciones (formulación y ejecución de la estrategia) dependen de un buen diagnóstico, a saber, de contar con conocimientos útiles, producto de la Business Intelligence.