Lic. Willebaldo Roura Pech
Director Ejecutivo del IMCP
wroura@imcp.org.mx
A fines del año pasado, y en México en enero de 2011, apareció la nueva edición de la Ortografía de la lengua española, de la Real Academia Española (RAE). Como nunca, esta edición fue de casi 750 páginas, debido a que es muy explicativa y explícita.
Su novedad ha hecho que revistas y periódicos hayan publicado una serie de artículos hablando sobre las variaciones que presenta la nueva edición de la ortografía. En este artículo pretendemos comunicar al lector las novedades en la ortografía, de tal modo que, aunque sea una barnizada, conozca los cambios esenciales y pueda actualizarse de inmediato en dichas modificaciones, sin que por ello deje de consultar el original de la RAE.
Es importante señalar, y el lector se dará cuenta con este artículo, que los cambios son mínimos, poco importantes y en casi nada afectarán el conocimiento ya tenido de la ortografía de nuestro idioma.
Sin más introducción, empecemos.
Capítulo I
La representación gráfica de los fonemas:
el uso de las letras o grafemas
Este capítulo no presenta mayores novedades, pues aunque deja con claridad que la ch y la ll no son letras, ya que son la combinación de dos grafemas (un grafema es lisa y llanamente sinónimo de letra), esto ya se venía dando desde 1994. Incluso, el Diccionario de la lengua española de la RAE de 2001 (la última versión) no las contempla -al contrario de los diccionarios anteriores a esa época, en que la ch y la ll eran letras independientes-; en cambio, en la edición de 2001 encontraremos la combinación ch dentro de la letra c y a la ll dentro de la letra l.
Por lo tanto, en cuanto al número de letras no hay nada nuevo, ni son más, ni son menos. Las letras del alfabeto español siguen siendo 27:
a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q r s t u v w x y z
Sin embargo, a fin de unificar el nombre de las letras se recomienda un único nombre para ellas, por lo que, al menos para los mexicanos, nos mueve el que algunas letras debamos nombrarlas de manera diferente a como estamos acostumbrados. Me refiero a las siguientes cuatro letras: b, v, w, y.
La letra b se llamará solo be y no be grande o be larga o be de burro. La b es la letra be.
La letra v ya no será ve, pues se confunde en su sonido con la be. Tampoco será la ve chica o la ve corta o la ve de vaca. Ahora será la uve. Su nombre viene de que, en su origen, esta letra tenía los dos valores, tanto de u como de ve. La v es la letra uve.
La letra w ya no será doble u, sino uve doble. Si la v es uve, pues la w será uve doble.
La letra y será ye, y no i griega o y griega.
Finalmente, es de mencionarse que la letra r deberá llamarse erre y no ere. Hasta hace un tiempo la r sola se decía ere y la rr era la erre. Ahora la letra r es erre y si nos queremos referir a la rr, deberemos decir doble erre.