C.P.C. Rafael García Gómez
Socio de Auditoría
Deloitte
Como sabemos, 2012 es el parteaguas respecto al uso de las Normas Internacionales de Auditoría (NIA), así como la aplicación obligatoria, por parte de las compañías públicas, de las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF o IFRS, por sus siglas en inglés)
Este artículo pretende realizar algunas reflexiones y comentarios acerca de este cambio y mencionar algunos puntos que pueden ser relevantes al momento de realizar tanto el cambio financiero y la perspectiva de la auditoría.
EL CAMBIO DE NORMA CONTABLE
Primero, abordemos el tema contable. Para la transición de una norma a otra se cuenta con la NIIF 1, Adopción por primera vez de las Normas Internacionales de Información Financiera, la cual es específica respecto de la transición. Esta norma trata del registro de los cambios en políticas y de las opciones, así como las cifras y su presentación; sin embargo, existen otros temas de relevancia que en nuestro entorno merecen una reflexión especial y que pueden ser, en mayor o menor medida, relevantes, según las circunstancias particulares.
Aquí presento algunos ejemplos:
Documentación corporativa.
La adopción integral de la norma internacional tendrá como resultado el nacimiento de nueva información financiera que en algunos casos modificará la estructura del capital contable y del patrimonio general de la compañía. Ahora bien, desde el punto de vista de los acuerdos de accionistas y estatutos de las entidades, esto puede derivar en la modificación de estatutos o de acuerdos entre accionistas; asimismo, la nueva estructura financiera requerirá de aprobaciones de asambleas y puede modificar o ameritar modificaciones a las reservas de capital, no por consecuencia de la norma en sí, sino por decisiones de accionistas.
Convenios o contratos de deuda
Aun cuando las NIF se han acercado a la convergencia con las NIIF, el resultado de la adopción puede, en cierta medida, modificar la estructura del balance, de tal forma que algunas medidas de rentabilidad y desempeño utilizadas por bancos o acreedores como covenants podrían verse modificadas a tal grado que se requeriría una nueva medida o modificación contractual, de acuerdo con la nueva estructura financiera.
Información interna y de gestión
Si bien es cierto que la mayoría de las diferencias no impactan en rubros importantes como las ventas, en algunos casos específicos la valuación de inventarios puede representar un reto, tanto para el valor de los inventarios como para el registro de su costo de ventas; por lo tanto, en ciertos casos puede implicar variaciones a márgenes de utilidad y, en consecuencia, información interna como pueden ser presupuestos o medidas internas de desempeño.
El cambio en normas de auditoría
Como ya lo comenté, también la adopción integral de las NIA representará un reto para la profesión desde varios ángulos; primero, la adopción implica que con o sin cambio de norma contable el reporte de auditoría como tal será diferente, haciendo mención a las normas internacionales y a los requerimientos que estas requieren.
Este cambio implica, entre otras cosas, reflexionar acerca de la mención o no en dichos informes de auditoría del hecho del cambio de normas.
También debemos tomar en cuenta que así como en las normas financieras han existido esfuerzos hacia la convergencia en las normas de auditoría estos esfuerzos durante los últimos años han sido muy relevantes, eliminando muchas diferencias; sin embargo, algunos de los temas a considerar pueden ser la norma de auditoría de grupos y los requerimientos en términos de cartas contrato y cartas de representaciones, debido a que estos documentos establecen las bases de lo que implica una auditoría y resultan importantes como el establecimiento de los términos del compromiso.
Ahora bien, en este sentido, si agregamos el hecho de que las compañías pudieran estar en la transición de NIF, podemos encontrarnos con los escenarios que se muestran a continuación:
Ante estos escenarios, en algunos casos, si ambos años son reportados con NIF, el cambio solo afectará a las normas de auditoría utilizadas y al reporte del auditor, en su caso; en el otro escenario, habría que agregar al cambio en la norma de auditoría los ajustes y las nuevas revelaciones que ahora conformarían los estados financieros comparativos en IFRS, resultando con ello la aplicación de procedimientos adicionales de auditoría a dichos ajustes; con lo anterior, en estricto sentido, habría que aplicar las consideraciones de las NIA.
REFLEXIONES FINALES
Como podemos observar, la transición hacia las normas internacionales financieras y de auditoría implicarán que en el año de transición seamos cuidadosos, tanto las compañías como los auditores de todas las revelaciones y aclaraciones que sean necesarias para que el público inversionista y los terceros involucrados, quienes utilizan los estados financieros auditados tengan la información suficiente para entender y analizar los cambios, ya que solo será una transición más de las muchas que se han llevado a cabo.
Además, un tema importante que habrá que tomar en consideración será el fiscal que, desde un particular punto de vista, pudiera no tener mayores repercusiones, pues al registrarse los efectos de los impuestos diferidos, cualquier diferencia resultante del cambio contable no debería afectar las bases fiscales que seguirían siendo las mismas.