Introducción
A escala internacional, el sector agropecuario representa 3.1% de la producción total con un valor aproximado de 2.2 trillones1 de dólares.2 Por lo que se refiere a nuestro país, de acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), México constituye el tercer productor agropecuario de América Latina (detrás de Brasil y Argentina) y el onceavo en el mundo con consumidores en más de 46 países, obteniendo así una derrama económica de los productos generados en el campo y aguas nacionales de más de 1.1 billón de pesos durante 2018.3
La participación del sector primario en el Producto Interno Bruto (PIB) se ha reducido de manera sustancial en las últimas décadas, sin embargo, en 2018 fue la rama económica que junto a las actividades terciarias impulsaron un incremento del indicador en (+) 2%.4
Dicho comportamiento se debe principalmente a los retos identificados que, por mencionar algunos, son los siguientes:
> Productividad estancada.
> Efectos del cambio climático.
> Pobreza rural.
> Financiamiento escaso y costoso.
> Vulnerabilidad a riesgos de mercado.
> Impactos del virus denominado SARS-CoV-2 en la economía mundial durante 2020.
> Marco jurídico-institucional.
Este último, por la instrumentación de programas desarticulados entre sí, con coordinación deficiente, reglas de operación complejas y poco claras. No obstante, la entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) trae consigo una serie de estándares en temas de trabajo infantil, trabajo forzoso, sindicación y contratación colectiva; al final retos y oportunidades que deberán hallar solución con estrategias eficientes.
Por otra parte, como resultado de la COVID-19, la estimación oportuna del PIB en México durante el tercer trimestre de 2020 arroja un aumento del (+) 7.4% para el sector primario, en contraste con las actividades secundarias y terciarias que reportan importantes decrementos.5 Asimismo, la proyección anual del PIB total, elaborada por el sistema financiero mediante sondeos, es de una disminución en promedio de (−) 9.3% a (−) 9%.6
Normatividad contable
Ahora bien, la regulación contable de estas actividades tiene su origen en la IAS 41 Agriculture,7 emitida por el entonces IASC (International Accounting Standards Committee) antecesor del actual IASB (International Accounting Standards Board), quien adoptó la norma en 2001 y emitió una versión revisada en 2003.8
En nuestro país, ante la necesidad de contar con un tratamiento específico para el sector, la entonces Comisión de Principios de Contabilidad (CPC) emitió el Boletín E-1, Agricultura, con vigencia a partir de 2003, permitiéndose su aplicación anticipada.
Debido a la importancia de las actividades agropecuarias, el ahora Consejo Mexicano de Normas de Información Financiera (CINIF) consideró relevante contar con una NIF actualizada que derogara dicho Boletín, iniciando la vigencia de esta norma a partir de 2020, permitiendo también su aplicación anticipada.
El principal cambio de la NIF E-1, Actividades agropecuarias respecto al Boletín es la base de valuación de los activos biológicos productores,9 que cambia de valor razonable10 a costo de adquisición,11 mismo que puede depreciarse considerando un valor de desecho o realización;12 esta valuación resulta similar a la establecida en la NIF C-6, Propiedades, planta y equipo. El cambio se justificó esencialmente en que el uso de los activos biológicos productores es para obtener activos biológicos o productos agrícolas13 y que generalmente no se encuentran disponibles para su venta.
Las diferencias más significativas entre la Norma de Información Financiera (NIF) E-1 y la Norma Internacional de Contabilidad 41 se abordan en el siguiente cuadro comparativo:
Normas de Información Financiera | Normas Internacionales de Contabilidad | Comentarios |
NIF E-1, párrafo 33.1. Se precisa que la actividad agropecuaria comprende las actividades de cultivo de productos cosechables, cría y engorda de ganado, cultivo de huertos y plantaciones, silvicultura, piscicultura, horticultura, floricultura, entre otros, que tienen en común tres características:
> Capacidad de cambio. > Administración del cambio. > Valuación del cambio. |
NIC 41, párrafo 6. La actividad agrícola abarca una gama de actividades diversas; por ejemplo, el engorde de ganado, silvicultura, cultivos de plantas de ciclo anual,14 cultivo en huertos y plantaciones, floricultura, acuicultura con ciertas características comunes:
> Capacidad de cambio. > Gestión del cambio. > Medición del cambio. |
Se destaca que en la NIC el cultivo se especifica que es para plantas de ciclo anual, sin que haya tal distinción en la normatividad local.
Ambas normatividades consideran dentro de la actividad agrícola a la cría de especies acuáticas. |
NIF E-1, párrafo 32.1. Los activos biológicos productores se dividen en plantas y animales.
Las plantas productoras son aquellas adheridas a la tierra en las que crecen activos biológicos que serán desprendidos durante varios ciclos (ej. árboles frutales). Los animales productores son aquellos de los que se obtiene un producto agropecuario disponible para su venta (ej. vacas y ovejas de las que se extrae leche y lana). |
NIC 41. Las plantas productoras (no incluyen animales) son aquellas que se utilizan para la elaboración o suministro de otros productos agrícolas, se espera que produzcan durante más de un periodo y tienen una probabilidad remota de ser vendidas (ej. plantas de algodón).
Las plantas productoras se encuentran reguladas en la NIC 16, Propiedades, planta y equipo; la NIC 41 solo regula los productos agrícolas obtenidos de las plantas productoras. |
Es relevante tomar en cuenta que, en el caso de la normatividad internacional, las plantas productoras no incluyen a animales y además estas se encuentran reguladas por otra norma distinta a la NIC 41.
Por otra parte, la NIF E-1 sí establece una división de activos biológicos productores: plantas y animales, especificando reglas para el tratamiento contable de ambos. |
Ver el artículo completo, clic aquí.