M.C. y C.P.C. Annapaola Llanas Mejía
Profesora de Tiempo Completo Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM)
annapaola.llanas@itam.mx
Síntesis
Para los usuarios de la información financiera, se debe apuntar que, casi 40% de las empresas no realizaron ninguna revelación de evento subsecuente, cuando ya se tenía evidencia del impacto inicial durante el primer trimestre del año. La duda que queda es que si decidieron no mencionar ningún impacto del COVID-19 fue porque varias empresas presentaron su información antes de que en México comenzaran a verse los efectos de la pandemia o si pensaban que era un evento pasajero que solo duraría semanas.
Nunca nadie imaginó que nuestro mundo (aquello que considerábamos normal) cambiaría a partir de diciembre de 2019, cuando las autoridades chinas confirmaron que había varios casos detectados del COVID-19 y que a una velocidad muy rápida había comenzado a expandirse por el mundo. El 30 de enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS), declaró emergencia sanitaria de preocupación internacional. El 11 de marzo de 2020, la OMS la catalogó como pandemia. Los diferentes gobiernos comenzaron a tomar medidas para tratar de disminuir el impacto en la propagación al imponer restricciones a viajes, cierre de fronteras, cuarentenas, cancelaciones de vuelos, cierres de escuelas y comercios, entre otros.
En México, a partir del 17 de marzo comenzó a verse el impacto: escuelas privadas suspendieron clases y se comenzó a solicitar entre la población el aislamiento voluntario. A partir del 24 de marzo el virus comenzó a expandirse entre los mexicanos, y comenzaron a tomarse medidas más restrictivas.
El primer trimestre de 2020 comenzó con una gran sacudida, de la cual, aún no se alcanza a ver en qué momento se podrá contener. La proyección de los impactos de la pandemia definitivamente tendría que ser considerada para analizar que debería revelarse en notas a los estados financieros. Aunque es muy difícil de estimar el impacto, este suceso lo podríamos ubicar contablemente como ejemplo de un evento subsecuente o evento posterior, siguiendo lo establecido en la NIF B-13, Hechos posteriores a la fecha de los estados financieros.
Según la NIF B-13, existen dos tipos de hechos posteriores: aquéllos que a la fecha de los estados financieros requieren de un ajuste y una revelación, y los que solo requieren una revelación.
El tratamiento indicado, según la NIF B-13 para el suceso del COVID-19, debiera ser un hecho posterior que no requiere de ningún ajuste para los periodos de reporte de la información financiera que terminaron el 31 de diciembre de 2019.
Para entender cómo manejaron este acontecimiento las empresas públicas en México, se realizó un análisis del efecto de las revelaciones en relación con el tema de la pandemia. Se consultaron los estados financieros anuales que las empresas públicas presentaron en el año 2019 que se encuentran en el sitio de la Bolsa Mexicana de Valores. En específico se analizaron las empresas públicas que se encuentran en dos sectores del mercado de capitales: 1) Servicios y Bienes de Consumo No Básico y 2) Productos de Consumo Frecuente.
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