Mtra. Rosario Ramírez Bonilla
Profesora de la Escuela de Negocios Región Sur del Tecnológico de Monterrey
rosario.ramirez@tec.mx
Dra. Georgina Maldonado Carrillo
Directora del Departamento de Contabilidad y Finanzas de la
Escuela de Negocios Región Sur del Tecnológico de Monterrey
gmc@tec.mx
En este artículo queremos invitarlos a voltear la mirada hacia el interior de la organización, hacia las personas. ¿Cuándo fue la última vez que le preguntamos a un colaborador qué podemos hacer para que sea más feliz en su trabajo?
Una de las alternativas para que las personas puedan equilibrar su vida personal y laboral es el home office o teletrabajo, cuya definición es:
La forma de organización laboral que consiste en el desempeño de actividades remuneradas, sin requerirse la presencia física del trabajador en un sitio específico de trabajo y utilizando como soporte las tecnologías de la información y la comunicación para el contacto entre el trabajador y el empleador.1
De acuerdo con la revista Empresas & Management (2015), una persona que trabaja desde casa dos días a la semana en Costa Rica tiene un ahorro de 1,125 dólares, deja de emitir 800 Kg. de CO2 y ahorra 250 horas de traslado.2 Por otro lado, en una investigación sobre el home office para una empresa de la Ciudad de México se llegó a las conclusiones siguientes: 1) la frecuencia adecuada de home office para dicha empresa es de tres días por semana, 2) existe una reducción de 30% en el costo de los servicios como agua, luz, Internet, limpieza y estacionamiento, 3) 39% de las personas incrementó su desempeño y este fue evaluado como alto, 4) la inversión realizada para proveer de computadoras y teléfonos móviles se recuperó en el cuarto mes.3
Probablemente, el lector se preguntará, ¿cómo se gestiona algo que no se puede percibir de manera tangible? Estamos tan acostumbrados a controlar, que es posible nos cause temor este esquema que ofrece una amplia libertad a los colaboradores. El principio básico de este método de trabajo es la confianza. Es necesario creer en la capacidad de los colaboradores, pero también se deben establecer objetivos y compromisos que las personas deben cumplir, lo cual proporcionará la medida que se utilizará para identificar si este esquema funciona en un colaborador o no.
Es necesario hacer un alto y reflexionar si los sistemas de trabajo con los que se cuenta actualmente responden a las necesidades de nuestros tiempos, de nuestros colaboradores, de nuestros clientes y de nuestra empresa. ¿El hecho de que nuestros colaboradores, e incluso nosotros mismos, estemos cumpliendo con un horario dentro de una oficina nos hace más productivos? ¿Qué pasaría si probamos este esquema flexible de trabajo en nuestra empresa y dejamos que nuestros colaboradores vean lo importante que son para nosotros?
1 Empresas & Management. (2015, 21 de diciembre). Empresas & Management. Recuperado de https://www.estrategiaynegocios. net/empresasymanagement/management/913410-330/dos-d%C3%ADas-de-teletrabajo-por-semana-ahorro- anual-de-us1125
2 Ibidem.
3 Castro, M. E. (2018). Implementación de un esquema de trabajo flexible (home office) en una empresa multinacional en la Ciudad de México y sus impactos. Ciudad de México.