Mtro. José Francisco Landeros Gutiérrez
Presidente de Suma por la Educación, A.C.
flandero@sumaporlaeducacion.org.mx
La educación en México ha sufrido diversas transformaciones; algunas han implicado progreso, otras, retroceso. A partir de 1992, con el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB), el Sistema Educativo Nacional sentó algunas de sus bases. Con este acuerdo se estableció el federalismo educativo, una reformulación de contenidos y materiales, y la revaloración de la función magisterial
Posteriormente, en un periodo de 20 años (1992-2012), la educación en México experimentó diversos cambios, tanto culturales como legislativos, que han llevado a la educación hasta donde se encuentra al día de hoy.
Se puede afirmar que, en la segunda década de vigencia del ANMEB (2002-2012) y en comparación con la primera década (1992-2002), se llevaron a cabo el doble de cambios en el Sistema Educativo. Los cambios fueron cada vez más acelerados y provocaron mayor incertidumbre. Los actores involucrados se encontraron ante disyuntivas que modificaron su estilo de trabajo y patrones culturales, exigiendo así mayores resultados.
Hasta el año pasado (2012), el Sistema Educativo Mexicano se enfrentaba ante una necesidad evidente de modificar los aspectos mayormente influyentes en el sistema, como el Servicio Profesional Docente y la evaluación, mismos que habían quedado rezagados en comparación con todos los cambios estructurales y de contenidos en el sistema. A partir de esta necesidad surge la más reciente Reforma Educativa, presentada por el Presidente Enrique Peña Nieto, en el marco de un acuerdo de los tres partidos políticos (Pacto por México), el cual modifica dos aspectos concretos: el Servicio Profesional Docente y la autonomía del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).
¿Qué busca la Reforma Educativa?
En primer término, con la modificación al artículo tercero constitucional, se señala que el fin de toda educación es la calidad educativa, pues no basta con la cobertura, sino que es indispensable que se asegure que la educación sea de calidad y logre los fines educativos, incluyendo los conocimientos, actitudes y habilidades.
El segundo aspecto, referente al Servicio Profesional Docente, indica que la docencia será aquella que se logre mediante un concurso de oposición que garantice la idoneidad de los conocimientos y capacidades; además de establecer los lineamientos del ingreso, promoción, reconocimiento y permanencia de los mismos.
Por último, se señala que el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación será un organismo público autónomo y estará encargado de la evaluación de la Educación Básica y Media Superior.
Las implicaciones de estos cambios a la ley son significativos debido a que los docentes tendrán una formación que responda a las necesidades reales de los educandos en México, y que se asegure el cumplimiento de los objetivos de los planes de estudio. Además, el INEE podrá hacer una evaluación completa y clara, con herramientas válidas, confiables y que respondan al “deber ser” educativo.
¿Qué le falta a la Reforma Educativa?
Como toda Reforma, los cambios no son únicamente en la redacción de los artículos constitucionales. La iniciativa fue solo el primer paso. Lo que sigue es la creación de las leyes secundarias y su operación en cada entidad; la Ley General del Servicio Profesional Docente, la Ley General del Instituto para la Evaluación de la Educación y las modificaciones correspondientes a la Ley General de Educación. En dichas leyes se establecen los cómos que harán posible lo establecido en el referido artículo tercero.
En el aspecto de calidad, es necesario establecer una definición y las dimensiones de la misma, pues no será posible operar un Sistema cuyo fin es la calidad educativa, si no se tiene claro a qué se refiere con ésta. Las dimensiones servirán para tener claro qué se espera en el sistema. En Suma por la Educación se han establecido, junto con un grupo de expertos llamado “10 por la Educación”, cuatro dimensiones de calidad educativa:
Eficacia: grado de cumplimiento de los objetivos educativos que se han propuesto.
Eficiencia: distribución y utilización de los recursos asignados a educación.
Pertinencia: adecuación de la metodología y los contenidos a las necesidades reales de sus beneficiarios y promoción de un aprendizaje significativo para el desarrollo personal y social.
Equidad: igualdad de oportunidades en el acceso y la permanencia, en los recursos y procesos educativos, así como en los resultados del aprendizaje.
En cuanto al Servicio Profesional Docente, lo primordial es establecer un perfil idóneo del docente. Esto será la raíz y la base para determinar la formación, evaluación y demás aspectos deseables, según lo que se espere de la profesión. Debe asegurar, también, que las personas encargadas de educar en el aula sean las mejores de México.
Por último, si bien el INEE está facultado para evaluar a todo el Sistema Educativo, su deber principal será determinar a quién evaluará, cuál es el perfil ideal de los actores y con qué herramientas confiables y válidas. Un error sería contemplar a la evaluación como determinante para la calidad educativa, pues la evaluación marca pautas, pero no la define.
Una vez aprobados los cambios a las leyes secundarias se debe continuar con otras reformas relevantes: La reforma a las normales, la reforma a la distribución del gasto educativo y la reforma curricular o a los contenidos. Solo así se garantizará una verdadera reforma de fondo y completa que cimbre positivamente al Sistema Educativo Mexicano.
Ante todo lo mencionado en los párrafos anteriores, lo más importante para que la reforma se lleve a cabo de manera completa será la participación social. Es decir, el involucramiento de todos y cada uno de los actores que viven día a día el proceso educativo, comenzando por los principales (alumno-padre de familia-docente), hasta los que influyen de manera indirecta (medios de comunicación y las autoridades educativas). La reforma se quedará en papel si los actores no asumen su responsabilidad, la acogen y la llevan a cabo en la práctica diaria.
La sociedad civil exhorta a todos los mexicanos a hacer posible este cambio, esta oportunidad; muchos retos quedan implicados, pero que de hacerse posible lograría cambios significativos en otros aspectos sociales. La educación es la herramienta más fuerte de un país para mejorar su estilo de vida, y la educación es la manera más efectiva de mejorar la vida de una persona.
¿Cómo puede participar la sociedad civil?
La sociedad civil puede participar con la sencilla fórmula de las tres íes: informar (contar con conocimientos sobre los cambios, los planes, la situación educativa), influir (exigir el cumplimiento, dar propuestas) e instrumentar (hacer posible la educación desde el rol personal de padre, docente, alumno, directivo o ciudadano).
Estamos en la coyuntura educativa más importante de los últimos cincuenta años. No la dejemos pasar.