C.P.C. Ma. Isabel Romero Miranda
Audit Manager, PCDS
Deloitte, Galaz, Yamazaki, Ruiz Urquiza, S.C.
El conocimiento y experiencia por sí solos no garantizan el éxito en el ámbito profesional; por lo que las competencias personales y el constante desarrollo y ejercicio de estas, desempeñan un papel muy importante. El hecho de ser profesionista, esposa, mujer y madre de familia requiere de una serie de esfuerzos que, en muchos casos, resultan agotadores y muy estresantes; sin embargo, la satisfacción es enorme y muy gratificante
Cada vez son más las mujeres que participan en el ámbito corporativo ocupando puestos importantes. En México, hace apenas algunos años las cosas eran distintas, pues, hoy en día, son cada vez más empresas las que buscan un ambiente laboral más equitativo; aunque las mujeres tenemos una desventaja en el mercado profesional al incorporar a nuestro día a día las tareas y tiempos orientados a nuestro rol familiar. Desde mi punto de vista, definitivamente sería imposible delegar en su totalidad y no atender las obligaciones y responsabilidades de nuestro hogar, pues la naturaleza misma de ser madres nos lleva a estar siempre al tanto de lo que ahí ocurre, participando activamente y tomando decisiones.
Es obvio que para lograr lo anterior, requerimos de diversos apoyos y del desarrollo de manera especial de ciertas competencias y habilidades, es aquí en donde tenemos que buscar siempre lo que más se adapte a nuestras necesidades.
Debido a que la clave del éxito profesional tiene que ver en gran medida con las competencias personales y aptitudes de dirección y liderazgo, además y por encima de los conocimientos que cualquier persona puede poseer, es sumamente importante, para las mujeres que hemos decidido participar en ambos roles, desarrollar habilidades que ayuden a lograr el éxito laboral y personal. Más complicado resulta en ocasiones lograr el tan esperado balance de vida y trabajo.
En mi experiencia, en muchas ocasiones he enfrentado situaciones que resultan estresantes, el hecho de tener diversos proyectos a la vez; con fechas de entrega establecidas y cuyos plazos son normalmente cortos, entre otros, es muy demandante. Si a esas tareas, incorporamos las responsabilidades asociadas al hecho de ser esposas y madres de familia, la lista de pendientes es interminable y la experiencia resulta ser totalmente retadora.
Por todo lo anterior, y considerando que mi experiencia no es distinta a la de todas las mujeres que hemos decidido ejercer ambos roles, a continuación se enlistan algunas de las habilidades que, de forma general, considero importantes para lograr un desarrollo personal y profesional exitoso:
- Planeación. La planeación desempeña uno de los papeles más importantes en este sentido. Consiste en prever y organizar una serie de responsabilidades. Se deben asignar prioridades y determinar así la importancia y urgencia de cada actividad para enfocar nuestros esfuerzos de manera más productiva. Siempre debemos buscar una planeación “práctica” y aplicarla en todos los sentidos. Es decir, debemos buscar la forma de ganar tiempo al planear cualquier actividad. Entre más rápido y bien podamos concluir con una tarea, más rápido podremos enfocarnos en la siguiente. No es práctico, por ejemplo, sugerir una reunión a las cinco de la tarde al sur de la ciudad, viviendo al oriente, pues para cuando la reunión concluya, estaremos atrapadas en el tránsito por más de dos horas y ese lapso podría ser aprovechado en otras actividades.
- Organización. Consiste en colocar y acomodar los recursos necesarios para cumplir con los objetivos de una manera eficaz. Uno de los factores más importantes en esta etapa es la administración del propio tiempo, pues siempre estamos contra el reloj y en la mayoría de las ocasiones hay imprevistos, por lo que tenemos que desarrollar la habilidad de reaccionar positivamente ante ellos e incorporarlos en el día a día. Como parte de la organización, resulta clave determinar el tiempo asignado a cada tarea para asegurar que estaremos cumpliendo con las metas establecidas. Esto último se aplica sobre todo a las labores de oficina. Una vez que se han planeado y organizado las actividades, resulta necesario revisar, durante el desarrollo de estas, el avance para determinar si hay medidas preventivas o correctivas que deban ejercerse. La búsqueda de distintas alternativas que ayuden a mejorar el proceso será una de las tareas continuas.
- Delegación. Consiste en reasignar una o varias actividades o responsabilidades a otras personas. En el ejercicio de nuestros diversos roles, esta es una de las habilidades que más nos ayuda si se aplica consistentemente. Es un hecho que no todas nuestras funciones pueden ser delegadas; sin embargo, ya que la actividad está definida, debemos identificar quién cumple con los requisitos, capacidades o habilidades necesarias para desarrollarla de forma eficiente. Si la delegación se ejerce correctamente, ayudará a aminorar nuestra carga de trabajo.
- Manejo de estrés. Esta competencia es quizá la más importante. Cada día, nos enfrentamos a situaciones complicadas, abrumadoras y hasta sorpresivas, como puede ser el requerimiento urgente de un cliente o el de la dirección escolar; por lo que tenemos que estar preparadas para reaccionar positivamente ante cualquiera. Esta habilidad se traduce en la capacidad que tenemos para maniobrar la presión a la que somos sujetas en situaciones complicadas o sometidas a múltiples demandas. Por ello, debemos encontrar soluciones prácticas a los problemas diarios que tengamos que enfrentar, así como apoyar a otros a buscar soluciones. Cada día representa un reto y aunque en muchas ocasiones estemos a punto de rendirnos, tenemos que desarrollar la capacidad suficiente para reaccionar de forma tranquila y organizada. La clave está en hacer lo que consideramos más apropiado.
- Visión positiva. Tratar de mantener una perspectiva optimista cuando las cosas parecen estar de cabeza, con una lista interminable de pendientes y si además agregamos, por ejemplo, un pequeño enfermo en casa, parece imposible; sin embargo, es importante tratar de conservar la calma y buscar el lado positivo ante cada situación. Para el desarrollo de esta competencia es crucial tener bien delimitadas y claras nuestras prioridades, con la intención de reaccionar apropiadamente y con sentido de urgencia. Habiendo resuelto el primer problema, podremos enfocarnos en los siguientes.
- Autocontrol. Esta habilidad representa la capacidad que tenemos de reconocer y controlar los impulsos y emociones, evitando consecuencias negativas. Cada vez que un problema surge, el primer paso es tomarlo con calma y buscar posibles alternativas. En donde se pueda aplicar, la practicidad es clave.
- Trabajo en equipo. Así sea en casa o en el trabajo, es importante formar equipos de trabajo que nos ayuden a lograr las metas establecidas. Lo más importante en un equipo es la confianza y la comunicación entre los miembros de este. Asimismo, tenemos que sentirnos cómodas trabajando con otros y comprender que cada persona es un estilo distinto; sin embargo, la clave está en la comunicación y poder de adaptación, ya que los intereses del grupo deben ser los más importantes. Otro aspecto destacable, en este sentido, es la enseñanza y entrenamiento. Esta es definitivamente otra de las actividades que debemos incluir en nuestra lista infinita de pendientes.
- Flexibilidad. La flexibilidad forma parte integral en el desarrollo de nuestras tareas y se refiere al adaptarse a los cambios en distintas situaciones. Trabajar con un horario establecido en muchas ocasiones puede no ser lo apropiado, dependerá de las necesidades de cada una de nosotras; sin embargo, debemos tener las aptitudes y actitudes necesarias para reaccionar en tiempo si algún imprevisto se presenta. En muchas ocasiones, por ejemplo, he preferido trabajar en casa por la noche para recuperar el tiempo perdido en una o varias actividades, con el fin de no interrumpir o perder las horas que paso con mis hijos al llegar a casa.
- Comunicación. La comunicación participa en todos los aspectos y esta no es la excepción. Una buena comunicación en la oficina y en el hogar es definitivamente una gran ventaja. Esta es clave al dar instrucciones, si somos claros en lo que requerimos y nos aseguramos de que la idea fue captada, muchos problemas durante la ejecución serán evitados. Asimismo, la comunicación continua, para revisar avances, dudas en el proceso y en problemas que estén afectando la marcha de un proyecto, es determinante.
Tomar la decisión de querer ser profesionistas y madres de familia no es sencillo. En muchas ocasiones, seguramente nos hemos preguntado si desempeñar ambos roles de forma eficiente es posible. Como mujeres tenemos diversas barreras que vencer en el ámbito profesional. En el aspecto personal, no sabemos si la receta que cada una sigue es la apropiada; pero, cada vez somos más las que estamos tomando esta decisión y estoy segura de aunque ha representado muchos sacrificios, también hemos tenido grandes satisfacciones.
Lo anterior nos lleva a seguir desarrollando cada vez más aptitudes y competencias que nos ayuden a aminorar la carga que día a día tenemos. Los cambios se están dando progresivamente y estoy segura de que, en el mediano plazo, tendremos cada vez más mujeres exitosas logrando el tan esperado balance de vida y trabajo.