Cuando comenzaban a aparecer indicios de lo que mas tarde sería la crisis financiera y económica, principalmente en los EE.UU., un grupo de personas representantes de cinco de los grandes bancos de inversión de Wall Street, encontró la fórmula perfecta para colapsar el mercado de la vivienda en el país norteamericano.
El anfitrión de aquella reunión fue Greg Lippmann, un hombre de 36 años, quien era operador del Deutsche Bank y aspiraba a convertir los bonos hipotecarios en una gallina de los huevos de oro similar al mercado de los bonos corporativos. En esta reunión también se encontraban sus compañeros aliados: Rajiv Kamilla, de Goldman Sachs; Todd Kushman, de Bear Sterns, y representantes de Citigroup y JP Morgan.
En ese momento el grupo de los cinco, como se autodenominaron, se convirtió en un grupo decisivo en la historia de Wall Street y, en consecuencia, de la economía global.
Al diseñar nuevos contratos estandarizados que se crearon en la mencionada reunión, las firmas de inversión podrían protegerse de los riesgos de las hipotecas subprime, y convertirse en especuladores que apostarían contra el mercado inmobiliario de EE.UU., de esta manera se podían satisfacer la demanda de algunos inversores institucionales, quienes buscaban grandes rendimientos con base en los créditos subprimes.
Dentro de esa burbuja crediticia, aparecieron las obligaciones de deuda garantizada, que generaron y acabaron en una crisis crediticia. Los Collaterized Debt Obligation (CDO) son productos que incluyen bajo un solo producto varias emisiones de deuda distinta, pero que pueden comercializarse, ya sea en partes o en su total, considerados como un producto de renta fija.
Durante la gestación de la burbuja crediticia, los bancos de inversión utilizaron los CDO para combinar emisiones de deuda de distinta calidad, desde hipotecas sin riesgo hasta productos basura (créditos subprime), considerados de la peor calidad crediticia.
Estos productos solían ser calificados como de alta calidad por parte de las agencias calificadoras, en virtud de la combinación de deudas de mucha calidad y deudas de poca calidad, pero que estaban diseñados de tal forma que se consideraban productos que diversificaban el riesgo. Pero, al presentarse la crisis, muchos de los CDO, que habían recibido valoración triple A por las agencias calificadoras, perdieron mucho de su valor.
En Estados Unidos, la Comisión de Cambio y Seguridad (SEC, por sus siglas en inglés), similar a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores en México, está acusando a Goldman Sachs, porque en su momento no informó correctamente sobre los riesgos en que podían caer los inversores que compraran un determinado CDO, en cuya cartera de activos estaban incluidas hipotecas basura, el problema mayor fue que el banco Goldman Sachs, acordó con el Fondo de Inversión Paulson & Co., que se haría una apuesta bajísima contra Abacus (CDO), situación que este fondo también permitió, lo cual generó la pérdida cuantiosa que devastó los fondos que poseían bancos y fondos de pensiones a largo del mundo, generando que se congelaran los préstamos a empresas, lo que llevó a los mercados a desestabilizarse.
Antes de que estallara la crisis financiera y económica, el uso de CDO consintió que muchos bancos se enriquecieran al igual que los bancos prestamistas, los grandes brokers, los inversores y una diversidad de agencias de crédito. Además de enriquecer a los organismos que menciono, este proceso de aplicación de los CDO, permitió a los americanos comprar casas en condiciones favorables que nunca imaginaron; pero, desgraciadamente, al no estar sustentadas las obligaciones de deuda con verdaderos activos, no pudieron seguirse sosteniendo y, por lo tanto, la burbuja de impago apareció y mientras unos obtuvieron altos rendimientos, otros resultaron engañados y perdieron muchas de las casas compradas bajo este esquema.
El problema de los CDO resultó tan grave que se calcula que los impagos han generado más de 80 mil millones de dólares en pérdidas. Para los mercados financieros fue tan desastroso el uso de estos instrumentos, que a la fecha se desconoce la pérdida total por el engaño, por parte de los promotores de estos instrumentos de deuda.
El banco más involucrado en el uso de los CDO es Goldman Sachs, a tal grado que la SEC, después de una investigación al respecto, ha decidido demandarlo en un juicio que llegó hasta el Senado de los Estados Unidos, donde ya empezaron a caer directivos y abogados de este banco.
C. P. C. Luis Núñez Álvarez
Profesor Investigador Jubilado
Universidad de Guanajuato
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